Seguramente ya todos conocen las nuevas medidas restrictivas de la Ley de Alcoholes, entre ellas, la más llamativa: la obligación de mostrar la cédula de identidad en botillerías y supermercados cada vez que se quiera comprar alcohol y sin importar la edad.
La medida ha obligado a que adultos, incluso mayores de edad, tengan que mostrar su carnet para comprobar que no son menores de 18 años, lo que algunos consideran absurdo. Sin embargo, esta medida sí tendría un impacto en la prevención del consumo de alcohol en jóvenes.
Así lo afirma una encuesta del Servicio Nacional para la Prevención y Rehabilitación del Consumo de Drogas y Alcohol (Senda), encargad a Cadem y aplicada de forma online a 1.568 personas, la que muestra que, para la gente, las nuevas disposiciones sí serían efectivas.
Por ejemplo, el 57% cree que exigir la cédula de identidad a quienes ingresen a bares, cabarés, cantinas, tabernas y discotecas que vendan alcohol, para evitar el ingreso de menores de edad, tendrá un alto impacto preventivo.
El 56% piensa lo mismo respecto de exigir la cédula de identidad en botillerías y supermercados al momento de comprar alcohol.
También hay una alta adhesión a las medidas que regulan la presencia de marcas de alcohol en la publicidad. Por ejemplo, el 46% cree que está bien que se prohíban estas publicidades en productos y actividades destinados a menores de 18 años.
Y el 36% también piensa que tendrá un alto impacto preventivo el que ya no aparezcan marcas alcohólicas en artículos deportivos, como los uniformes y camisetas de los clubes de fútbol (ver infografía).
Carlos Charme, director del Senda, dice que “es muy importante iniciar este camino de prevención con el apoyo de la ciudadanía al impacto que creen que van a tener estas medidas, porque se transluce una mejor aceptación, de que estas normas tienen un sentido y una utilidad”.
¿Y sirve exigirle a un adulto su cédula para demostrar que no es menor de edad? Charme plantea que la encuesta muestra que, para la gente, esta sí es una buena medida, más allá de que para algunos pueda parecer absurdo:
“Cuando le preguntas a la gente, la gente sí cree que tiene un alto impacto. No podemos comparar un estudio con la vivencia de cada uno. La experiencia de cada uno es importante, pero este estudio ratifica que es muy amplia la mayoría, contundente, de las personas que en Chile creen que estos cambios tendrán un impacto alto. Tiendo a creerle más al estudio que a la experiencia vivencial de cada uno por sí solo”.
En el fondo, añade el director, la modificación a la ley acaba con una discrecionalidad que existía antes, porque el comerciante de una botillería siempre está obligado a exigir la cédula de identidad a alguien que parezca menor de 18 años. Ahora, en cambio, la regla se hizo extensiva para todos.
Un cambio cultural
Las nuevas medidas comenzaron a regir el 6 de agosto, pero tendrán su prueba de fuego en estas Fiestas Patrias. Para ello, se contará con la fiscalización de Carabineros y de los inspectores municipales. De hecho, el Senda ha capacitado a más de mil personas.
En el caso de las medidas como la obligación de mostrar la cédula de identidad, estas comenzaron a regir de inmediato. Pero para las normas referidas a la publicidad, habrá un plazo de 36 meses a partir de la publicación del reglamento para que las empresas e instituciones se adecuen.
Una medida que, según la encuesta, tendría un bajo impacto es la de que los envases de las bebidas alcohólicas expliciten las consecuencias nocivas de su consumo, tal como pasa con los cigarrillos: solo el 11% cree que esto tendrá un alto impacto.
“Con los cigarrillos también se creía que había un impacto bajo respecto de lo utilitario que serían los mensajes en las cajetillas, y lo mismo pasó con la Ley de Etiquetado de Alimentos. Pero se necesita avanzar en cambios culturales”, dice Charme.
Las nuevas medidas se enmarcan también en la Estrategia Nacional de Drogas 2021-2030, con la cual se busca disminuir la prevalencia de alcohol y drogas en los adolescentes.
La meta es reducir en un quinto la prevalencia anual de alcohol en la población escolar, para que pase del actual 57% al 45% de aquí al 2030.