Fueron tres pistolas al interior de reproductores DVD’s fueron las que abrieron las dudas de los inspectores del Servicio Nacional de Aduanas cuando inspeccionaban las encomiendas que desde Estados Unidos llegan a Chile por el puerto de Valparaíso. “Novedosas forma de traficar armas”, pensaron los inspectores, en esos días de enero del 2018, por lo que alertaron a la PDI y la Fiscalía Metropolitana Occidente que acá podría haber algo mayor. No se equivocaron.

Esta certeza llevó al Ministerio Público a tirar de ese hilo y abrir la denominada Operación Houston, la que en mayo de ese año entregó sus primeros resultaron, incautando tres envíos con 18 armas de fuego, más de mil municiones, accesorios para pistolas y 8 vehículos de lujo. Se trataba de la primera investigación que lograban desbaratar una verdadera red de tráfico de armas desde Estados Unidos hacia Chile.

De ahí en más el caso creció a cargo de la Fiscalía Occidente, a cargo de persecutor regional José Luis Pérez Calaf, hasta que se logró la condena de los líderes de la banda criminal detrás de la importación de armas: Mauricio Pavez Becerra e Iván Pavez Becerra. Antes, en 2019, habían sido sentenciado el resto de la organización criminal.

A los “hermanos Becerra” se les condenó por delitos consumados de asociación Ilícita; delito reiterado de tráfico ilícito de armas y delito de lavado de activos. La sentencia será leída el 25 de julio, donde arriesgan penas superiores a los 15 años de presidio efectivo de cárcel.

Según la investigación de la Fiscalía Metropolitana Occidente, el modus operandi era el siguiente: desde Chile se acordaban las compras y luego se enviaba a un emisario a Houston, Texas, para pagarlas, recibirlas y enviarlas. Ya en nuestro país, se le entregaba dinero a “palos blancos”, los que recibían los paquetes a su nombre y luego los traspasaban a los integrantes del grupo para su comercialización.

Las armas comercializadas ilegalmente eran de reconocidas marcas en el mundo delictual: Glock, Taurus, Tanfoglio y Springfield, entre otras, las cuales eran ocultas en encomiendas o containers desde Houston. Debido a esto, ninguna quedaba registrada en la Dirección General de Movilización Nacional. Según la indagación de la fiscalía, el grupo estuvo operando, al menos, desde 2015.

“Pachuco”

En la investigación, además, se determinó que el líder de la organización, Mauricio Pavez Becerra, operaba bajo el apodo de “Pachuco”, quien decidía qué miembros de la organización viajarían a EE.UU., pagaba sus pasajes, negociaba con los proveedores de armas y daba las órdenes para comprar, para esconder y para enviar encomiendas.

Además, rastreaba el envío de las encomiendas, organizaba el retiro de las mismas y pagaba u ordenaba pagar a los terceros que recibían las encomiendas. El fallo del Quinto Tribunal Oral en Lo Penal de Santaigo, también advirtió que “al menos desde el año 2015 al 6 de abril del año 2018 , Mauricio Osvaldo Pavez Becerra emitió diversas boletas de honorarios ideológicamente falsas, a nombre de terceros, que daban cuenta de servicios de banquetería y otros que nunca se realizaron, con la finalidad de aparentar que las utilidades que percibía producto del negocio de tráfico de armas, tienen un origen lícito, y así poder justificar sus inversiones, realizadas principalmente en vehículos”.

De esta manera, la Fiscalía Occidente logró marca un importante hito judicial, en una de las tareas que se propuso este año: perseguir a las grandes bandas de traficantes de armas y así sacar del mercado estas importantes herramientas que usa el crimen organizado.