La ciudad de Lieja, en la comunidad francófona de Bélgica y ubicada a unos 100 kilómetros al sur de Bruselas, vio hoy alterada su calma habitual cuando poco después del mediodía un hombre abrió fuego contra un grupo de personas que esperaban el bus en el centro urbano, en la céntrica Plaza Saint-Lambert que a esa hora era altamente concurrida por gente que hacía sus compras navideñas.

El autor del atentado "kamikaze", Nordine Amrani, de 33 años, quien se suicidó mediante un disparo poco después de cometer la acción, mató a al menos cuatro personas y dejó a unos 123 heridos, entrev ellos un niño de dos años que está grave, aunque algunos medios locales lo dan por fallecido.

Amrani era conocido por las fuerzas de seguridad belgas, dado que hace tres años fue condenado a 58 meses de cárcel por posesión ilegal de armas, entre ellas fusiles de precisión y lanzacohetes.

También cumplió condenas por uso de armas, consumo de drogas y agresiones sexuales, según consignó la agencia Reuters.

"El autor actuó solo. Disparó contra la multitud y después se inmoló", aseguró el alcalde de Lieja, Willy Demeyer poco después del atentado. Además del suicida, los fallecidos son dos adolescentes de 15 y 17 años y una mujer de 75.

Amrani utilizó un rifle Kalashnikov, un revólver y granadas de mano ligeras del tipo "thunderflash", de forma tubular, similares en su aspecto externo a la carcasa de algunos tipos de fuegos artificiales de uso doméstico.

"Salimos fuera, a la plaza, frente al palacio de Justicia y vimos a una persona que estaba lanzando granadas de mano por todas partes. Todo fue tan rápido que casi no nos dimos cuenta. Empezamos a correr para intentar salvarnos. Cogí de la mano a un niño que estaba a mi lado y me fui corriendo", aseguró Hervé Taverne, uno de los testigos oculares, en entrevista con la radio flamenca Radio 1, citada por el rotativo "De Standaard".

PRONTUARIO
Amrani, soldador de profesión, era bien conocido por las fuerzas policiales belgas. Tenía 29 años cuando fue detenido por primera vez en 2008 por posesión ilegal de al menos diez armas de distinto calibre, 9.500 unidades de munición y por plantación ilegal de cannabis. En un registro de su lugar de trabajo, los agentes descubrieron que escondía lanzacohetes modelo Law y un fusil AK47, un arma de gran precisión que usan los tiradores de élite.

La fiscal del reino de Bélgica en Lieja, Danielle Reynders, aseguró que el asesino había sido convocado hoy por la Justicia ante las sospechas de que hubiese reincidido en ese tipo de actividades delictivas.

Según fuentes policiales, él mismo fabricaba los silenciadores de varias de esas armas y construía, gracias a sus conocimientos en metalurgia, los trípodes de metal para colocar los fusiles así como otros accesorios.

El lugar permanecía esta tarde acordonado por las fuerzas policiales. Las fuerzas de seguridad recomendaron a los habitantes del centro de la urbe que se queden en sus oficinas o en sus domicilios hasta mañana por la mañana.

El rey Alberto II, la reina Paola, el primer ministro, Elio Di Rupo, y la ministra del Interior, Joelle Milquet, se desplazaron a Lieja para reconfortar a las familias de los fallecidos.