Han pasado 27 años desde el crack financiero chileno y la deuda subordinada que el Banco de Chile asumió con el Banco Central cuando éste -por instrucción del gobierno- salió al rescate del sistema financiero adquiriendo su cartera vencida, es todavía un tema pendiente para la entidad que desde principios de la década del 2000 controla el grupo Luksic. Desde que el Chile llegó a un acuerdo con el Banco Central en 1996 para cancelar dicho compromiso, la Sociedad Administradora de la Obligación Subordinada (Saos) -entidad accionista del banco creada para ese fin- ha pagado al instituto emisor 11 millones de UF (hoy $229.858 millones) y hacia fines de 2009 aún le quedaban otros 43 millones de UF($ 898.537 millones de hoy). El calendario de cuotas para reembolsar al Central lo que éste utilizó en el rescate financiero del Chile se zanjó a 40 años plazo y concluye en abril de 2036.

Lo anterior, sin embargo, podría cambiar y el plazo de 27 años que aún le resta a Saos por pagar su obligación, reducirse drásticamente a la mitad. Así lo manifestó a La Tercera el gerente general de Quiñenco (matriz de inversión de los Luksic) y director del banco, Francisco Pérez Mackenna. "Al ritmo de pago que se viene haciendo al Banco Central y considerando los mayores flujos obtenidos por el Banco de Chile, es probable que la deuda subordinada se termine pagando en la mitad del plazo (que queda)", sostuvo el ejecutivo. ¿La razón? Dado que la deuda está expresada en UF, "la inflación negativa del 2009 generó al banco importantes ahorros en intereses por el servicio de la obligación", precisó.

El último análisis razonado de Quiñenco -que hoy controla el Chile en alianza con Citigroup- señala que "en los primeros nueve meses del 2009 los intereses devengados de la deuda subordinada con el Banco Central fueron sustancialmente menores al período anterior, debido al efecto de la inflación negativa", aclara el texto.

MENORES INTERESES SON CLAVES
En el banco explican que al iniciarse el pago con la fórmula pactada con el BC en 1996 -en el marco que autorizaba la ley-, la deuda subordinada era de 54 millones de UF y 10 años antes llegó a 70 millones de UF. El punto, aclaran, es que como es usual, las primeras cuotas tienen más intereses y, por ejemplo, en el primer año los intereses llegaban a 2,7 millones de UF, mientras en 2009 sumaron 2,1 millones de UF.

La cuota fija anual que Saos debe pagar al BC es de 3,2 millones de UF. Pero las últimas tres fueron de 4,3, 4,6 y 5 millones de UF cada una. En el banco opinan que si siguen teniendo buen desempeño y por tanto Saos recibe buenos dividendos (en calidad de accionista), la deuda se terminará de pagar mucho antes de abril de 2036. "No es posible predecir con exactitud cuánto falta para que se extinga la deuda, sin embargo, si Saos sigue pagando entre cuatro y cinco millones de UF por año, el plazo final se debería acortar de manera significativa", asegura Arturo Tagle, gerente de Relaciones Institucionales e Inversionistas del Banco de Chile.

Los mecanismos para prepagar están previstos en la ley 19.396 (que "Dispone el tratamiento de la obligación subordinada de determinados bancos comerciales con el Banco Central"). Según ésta, no hay un recargo por prepagar el saldo.

Tagle precisa que Saos -que es la sociedad deudora- sólo tiene acciones del Chile y recibe los dividendos que  generan "para destinarlos a prepagar".

También indica que el prepago puede ser simple o una venta de acciones prendadas, ya que para respaldar el compromiso que el banco adquirió con el instituto emisor, el Banco Central mantiene en prenda el 42% de la propiedad del banco. "Esto es, los accionistas ponen más dinero o los accionistas se diluyen invitando a nuevos inversionistas", aclara. En todo caso, si al terminar de pagar Saos aún tiene acciones del Chile, éstas se distribuirán entre los accionistas de SM-Chile, en la forma establecida en sus estatutos. Consultado el Banco Central, se excusó de entregar una opinión.