Molesto y aún sorprendido, el senador Adolfo Zaldívar se contactó  a primera hora de ayer con el diputado Jaime Mulet, para exigirle una explicación por sus declaraciones de la víspera, en las que anunció la inminente deserción del líder colorín de la carrera presidencial y un eventual apoyo a la opción de Marco Enríquez-Ominami.

No satisfecho con la aclaración de su otrora delfín en la DC -que le dijo que se trataba de un malentendido-, el senador telefoneó, uno a uno, a todos los miembros de la bancada del PRI y les pidió asistir a la tradicional reunión que sostienen cada martes en el Congreso. El objetivo, dicen fuentes del partido, es definir su continuidad en la carrera presidencial.

Quienes han estado con Zaldívar en las últimos días comentan que éste se siente "desencantado" por las presiones públicas de su entorno. Desde que la última encuesta CEP arrojó que no supera el 1% de adhesión, los parlamentarios que en enero de 2008 renunciaron a la DC para conformar la plataforma política de su postulación a La Moneda le han pedido que adopte una resolución.

El 30 de junio, señalan sus cercanos, los diputados evaluaron junto a él las cifras del CEP y algunos le plantearon la inconveniencia de mantener la candidatura. Las mismas fuentes afirman que Zaldívar quedó de meditar el tema, pero bajo el principio de que la decisión sería personal y no a "empujones".

En la espera de este paso, los diputados Alejandra Sepúlveda y Pedro Araya han sostenido conversaciones informales con Esteban Valenzuela, jefe programático de Enríquez-Ominami, para un acuerdo de apoyo parlamentario.

La última semana de julio, además, Mulet se reunió con el jefe político de la campaña de Enríquez-Ominami, Max Marambio.

Hasta ahora, Enríquez-Ominami ha rechazado pactar con el PRI y Zaldívar, debido a las diferencias valóricas y políticas. Sí está dispuesto a entregarles su respaldo a algunos de los cinco diputados colorines, como Sepúlveda y Araya, y a establecer bases para un acuerdo programático con ellos.

"Marco no puede presentarse como la renovación de la política y aparecer abrazado con Zaldívar. Es una contradicción", subrayan en el comando de Enríquez-Ominami.

Días después del encuentro con Marambio, Mulet dio la primera señal pública de que Zaldívar podría marginarse de la campaña, al aseverar que éste se encuentra en una etapa "reflexiva". Este fin de semana fue más explícito: aseguró en una radio de Vallenar que "hay una posibilidad real de que terminemos trabajando junto a Marco Enríquez".

En este escenario, Zaldívar negó ayer los dichos de quien fue su dupla en la dirección de la DC, entre 2000 y 2005. "En estos momentos estoy trabajando aquí  con el diputado Carlos Olivares, o sea que mal podemos estar en eso", adujo el senador. Lo mismo señalaron otros personeros colorines, quienes criticaron en privado la "locuacidad" de Mulet.

BAJO PRESION
En el círculo de colaboradores  de Zaldívar sostienen que el senador tiene previsto renunciar a sus aspiraciones, pero "a su manera". "El no quiere una salida bajo presión", explica un miembro del PRI.

Un diputado colorín afirma que Zaldívar no desea que su renuncia a la carrera presidencial se vincule a un aislamiento político. "El sabe que en todas las conversaciones con el círculo de Marco su nombre aparece vetado", asegura.

En la bancada del PRI, la mayoría está por darle a Zaldívar la salida  que éste desea. Un ejemplo de ello es que las actividades de campaña se han mantenido. Hace un mes, el senador estuvo con Araya en Antofagasta; la semana pasada acompañó a Sepúlveda en la Sexta Región, y ayer, a Olivares en la Metropolitana. Pero las salidas a terreno, dicen sus cercanos, son más bien simbólicas.

Ayer Eduardo Frei evitó ahondar en el tema. "Esperemos que pasen los acontecimientos", dijo. Sebastián Piñera, en tanto, afirmó que está dispuesto a acoger con los "brazos abiertos" a quienes quieren que a Chile llegue un cambio.