La selección chilena llegó al Mundial de Alemania 74 después de clasificar en un surrealista repechaje frente a la Unión Soviética, en el que consiguió un empate a cero en Moscú y un triunfo por no presentación en el Estadio Nacional. El recinto había sido utilizado como centro de detención y tortura por la naciente dictadura de Augusto Pinochet y su Junta de Gobierno, y fue despejado antes del duelo.

La Roja era dirigida por Luis Alamos, DT chileno en Inglaterra 66 y padre del Ballet Azul y de Colo Colo 73. Con la base de este último equipo, la escuadra nacional se ilusionaba con dar la lucha en un complejo grupo, en el que estaban la Alemania Federal de Franz Beckenbauer (que finalmente ganaría el título), Alemania Oriental y Australia, por lo que la tarea no era para nada sencilla. No obstante, se decía por esos días que esa generación era la mejor de la historia del fútbol chileno.

"Conversaba con el Fifo Eyzaguirre y con Leonel Sánchez: teníamos un equipazo y éramos mejores que ellos. Incluso, creo que de la selección actual sólo Alexis Sánchez y Arturo Vidal podrían haber jugado con nosotros", afirma Guillermo Páez, volante de aquella selección del 74.

Pese al optimismo que reinaba, los infortunios llegaron muy rápido. El Zorro Alamos cayó gravemente enfermo, producto de una descompensación que lo tuvo al borde del coma diabético, por lo que Pedro Morales, su ayudante, tuvo que hacerse cargo de los entrenamientos bajo estrictas medidas de seguridad, por las reacciones que generaba en el extranjero la situación política del país.

LA EXPULSIÓN DE CASZELY

A pesar de su delicada situación, el entrenador se sentó en la banca igual y desde ahí fue testigo de la derrota por 1-0 ante la RFA, en el debut. Ese encuentro se definiría con un golazo de Paul Breitner, y Carlos Caszely pasaría a la historia al convertirse en el primer jugador en recibir una tarjeta roja en un Mundial. Cansado de la dura marca de Berti Vogts y de la pasividad del juez turco Dogan Babacan, el Chino le propinó una patada y un empujón a su cancerbero. Esta acción le costó la segunda amarilla a los 67' y, por consiguiente, la roja.

"Pese a que yo era uno de los que más hablaba a los cabros sobre los arbitrajes europeos, justo me agarra a mí. Cada vez que había un choque viril y fuerte, el turco este cobraba a favor de los alemanes. Vogts se me tiró con todo y dejó seguir la jugada. Por eso reaccioné. Lo lamento más que nadie porque perjudiqué al equipo y porque no estaré en el segundo partido que será de vida o muerte", fue la sentida autocrítica del delantero tras el partido.

En este sentido, Páez coincide con su ex compañero: "La expulsión de Carlos no sólo nos afectó en ese partido, sino también en el siguiente. Era muy importante y no pudimos suplirlo", sostiene.

Frente a la RDA, Chile tuvo opciones, pero no pasó del empate 1-1, por lo que todo se definiría ante Australia. Sin embargo, la impresionante lluvia que cayó sobre el Olímpico de Berlín  y el poco finiquito nacional impidieron salir del 0-0.

"Quedó esa sensación de impotencia , porque teníamos un gran equipo", reflexiona el Loco Páez.

Como consuelo, Elías Figueroa sería destacado en el equipo ideal de la copa.