Durante esta mañana, el jurado de la 14 Bienal de Arquitectura de Venecia, decidió premiar con el León de Plata a un proyecto de pabellón chileno en la muestra de arquitectura más importante del mundo.

Monolith Controversies, el proyecto en cuestión, es un trabajo de investigación de más de siete años del arquitecto Pedro Alonso y del diseñador Hugo Palmarola. Ellos ganaron en 2013 el concurso que el Consejo Nacional de la Cultura y las Artes abrió para buscar al proyecto que representaría al país en la muestra que se inauguró esta semana en Venecia.

La Ministra de Cultura, Claudia Barattini, felicitó a los creadores y a todo el equipo que trabajó en el desarrollo del pabellón nacional. "Este es un reconocimiento a la arquitectura chilena: se posiciona en un circuito curatorial internacional, no sólo como obra, sino como proyecto de investigación, académico", dijo.

Cristóbal Molina, Coordinador del Área de Arquitectura del Consejo Nacional de la Cultura y las Artes, comisario del proyecto y quien representó al CNCA en Venecia, dice que es la primera vez que Chile como país gana un león de plata. "Es un reconocimiento entre 65 países que estaban en competencia. Es un reconocimiento a un equipo joven, con densidad intelectual".

El pabellón chileno pone en valor un hito olvidado en la historia de la vivienda social en Chile: la instalación de la KPD, una fábrica donada por la Unión Soviética en 1972 para construir edificios de departamentos tras el terremoto que azotó al país en 1971.

La elección de la pieza busca enfocarse en un elemento tan fundamental de la arquitectura global en el siglo XX como es la pared de hormigón, pero por sobre todo, mostrar cómo este mismo elemento se convirtió en Chile en un intenso objeto de controversias, de alta carga simbólica.

Durante la inauguración de la KPD, Salvador Allende y el Embajador Soviético pusieron sus firmas en el hormigón fresco, acción que lo convirtió en un bloque único, el que se instaló más tarde en la entrada de la nueva fábrica, ubicada en Av. Industrial con Av. El trabajador en El Belloto, Quilpué.

Tras el Golpe de Estado en septiembre de 1973, la fábrica pasó a manos de la Armada, que borró la firma de Allende y agregó al panel un retablo de la Virgen del Carmen con el Niño Jesús, además de dos lámparas coloniales. Luego del cierre de la KPD, este panel quedó abandonado. Alonso y Palmarola decidieron rescatar esta historia y llevarla a Venecia.

"El panel es una suerte de testigo directo de lo que pasó, es un testigo material que sintetiza y simboliza. Cuando un presidente firma un panel de esta forma, hace algo similar a lo que hizo Marcel Duchamp con el urinario, toma un objeto ordinario producido en masa y lo transforma en un objeto único, en una obra de arte", explica Pedro Alonso.