Las cirugías plásticas aumentan anualmente 20% en el país, según la Sociedad Chilena de Cirugía Plástica. En 2015 se realizaron 26.354 procedimientos quirúrgicos y adicionalmente 15.378 procedimientos que involucraron peeling (limpieza de la piel), relleno y botox.

Entre las cirugías más populares también destacan la lipoabdominoplastia (eliminación de tejido graso), que aumentó 25% sólo este año; le sigue la corrección de la ginecomastia o aumento mamario en hombres con un alza de 20%, cifra que se duplicó en 10 años, y los implantes mamarios, con 11%.

El sexo masculino, en general, ha aumentado su demanda por este tipo de procedimientos. Si hace cinco años representaban el 3% de los pacientes, hoy son el 20%.

Este boom es el que inquieta a la Sociedad Chilena de Cirugía Plástica. Desde dicha organización explican que, a través de las diversas fuentes de información de las que disponen -que van desde número de intervenciones hasta expertos disponibles- se pudo establecer que, en Chile, de seis médicos que practican cirugías plásticas, solo uno está certificado y acreditado para ejercer dichos procedimientos, situación que califican de "alarmante".

"En Chile no existe ley de especialidades médicas, lo cual significa que cualquier médico puede realizar una cirugía o procedimiento. La situación representa un riesgo para la seguridad de los pacientes, que se ven expuestos a ser atendidos por médicos que no tienen la formación ni experiencia adecuada para la realización de estos procedimientos. Menos para tratar las eventuales complicaciones que puedan ocurrir", afirma Montserrat Fontbona, presidenta de la Sociedad, que posee 130 miembros.

Consultados por la cantidad de negligencias médicas, dice que no existen estadísticas. "Muchos de estos casos quedan ocultos, por diversas razones, por lo que no es posible establecer con cifras la magnitud del problema", agrega.

La crítica de los cirujanos plásticos no apunta a quién se hace pasar por médico en forma fraudulenta, sino que derechamente a médicos titulados que no cumplen con tener un ciclo de formación que toma doce años.

"Para ser cirujano plástico se deben cursar siete años de medicina, luego tres años de especialización en cirugía general y una vez terminada, concursar por uno de los seis cupos anuales existentes para ingresar al programa de subespecialización en cirugía plástica reparadora y estética, de dos a tres años de duración. Por lo general, se estudian, al menos, doce años formales", dice Fontbona.

Estos estudios se deben realizar en la U. de Chile o la U. Católica. En el caso de los extranjeros, estos deben acreditarse en la Corporación Nacional de Certificación de Especialidades Médicas (Conacem), que certifica a quienes han realizado una formación equivalente fuera del país.

Para insistir en que estos sean los profesionales que realicen los procedimientos lanzaron este mes la campaña #QueTuCirujanoSeaPlástico, en su web sccp.cl.

Cirugía estética

Los conflictos se pueden dar con un otorrino que realiza una rinoplastía, pero también con quienes están dedicados a la estética.

El doctor Mauro Porcia, presidente de Sociedad Chilena de Medicina y Cirugía Estética (Sochimce), dice que en el mundo existe una disputa histórica por quienes pertenecen a una u otra vertiente. Por ejemplo, en EE.UU. existe la Sociedad Americana de Cirugía Plástica y la Academia Americana de Cirugía Cosmética (equivalente a la de Estética en Chile).

"Ellos son muy fuertes en lo que es cirugía reconstructiva y reparadora. El currículo de su especialidad está fundamentalmente abocado a eso. Por ejemplo, son expertos en labio leporino, en fisurados, quemaduras", explica. Pero para Porcia, los cirujanos plásticos sólo reciben un "barniz" en cirugía estética.

El facultativo asegura que los miembros de su sociedad, en general, se han formado en el extranjero. Hoy suman 40 socios que trabajan por colocar su disciplina al nivel de la cirugía plástica como especialidad. Ya abrieron un posgrado en la U. Bernardo O'Higgins, cuya primera generación egresa en 2017 y planean uno nuevo.

Para el médico el hecho de formarse como cirujano plástico en el país no es garantía de buenos resultados a nivel de estética. Asegura que, tras el mensaje de la campaña, hay un tema comercial y de poder. "Los cirujanos plásticos saltaron con este tema porque han llegado muchos extranjeros a Chile y los precios se han ido muy abajo", dice.

Explica que el precio del procedimiento es un indicador. Un implante mamario debería estar en unos tres millones de pesos, pero hay quienes los ofrecen a mitad de precio porque recurren a silicona china que cuesta 150 mil pesos, versus los 700 mil de una de buena calidad.

Fontbona señala que hay un alza de la demanda que ha hecho que existan distintas opciones para operarse. "Lo que a nosotros nos preocupa y nos importa es que los pacientes sepan, se informen y se eduquen, para que la cirugía plástica a la que se sometan sea realizada por médicos acreditados a fin de disminuir riesgos", insiste.