La cédula de identidad es el más importante y común de los documentos. El primer documento de este tipo se creó en Chile en 1924, junto con la creación del Servicio de Identificación, y se llamó Libreta de Identidad. En ella se incluía el nombre, domicilio, huella dactilar y fotografía de la persona. Desde entonces, ha tenido una serie de modificaciones, hasta llegar al actual carné.
Si bien actualmente toda persona residente en el país mayor de 18 años debe portar una cédula de identidad, en los inicios no fue así. Cuando se creó el Servicio de Identificación en 1924 era obligatoria para todos los mayores de 21 años, exceptuando a las mujeres, religiosos enclaustrados y las personas recluidas en hospicios y casas de orates.
Recién en 1930 se comenzó a otorgar un número a las cédulas con el Registro de Numeración Civil, que estaba a cargo de Carabineros de Chile. Posteriormente, en 1943 se fusionaron el Servicio de Registro Civil, creado en 1884, y el Servicio de Identificación, continuando con la emisión de las cédulas de identidad.
En 1973 se implementó el Rol Único Nacional, de modo que la información estadística a cada persona natural o jurídica, pudiese ser procesada electrónicamente sobre la base de un número de identificación, y en 1984 comenzó el proceso masivo de cédula computacional.
Sin embargo, fue en 2002 cuando se produce uno de los mayores cambios, ya que se convierte en una cédula con una lámina de plástico polimérico e impresión láser, resistente al doblado, a las altas temperaturas, químicos y agua, y que no permite la adulteración sin dañar el documento, por lo que es más segura. Siendo la que se utiliza hoy en día.
Ayer el ministro de Justicia, Teodoro Ribera junto al director del Registro Civil, Rodrigo Durán dio a conocer los avances tecnológicos que incluirá la nueva cédula de identidad, la que a partir de 2013 contará con un chip en su interior, el que permitirá almacenar la información de las personas más allá de la que contiene el carné actualmente como el tipo de grupo sanguíneo.