Con una misa realizada anoche en la Catedral Metropolitana se recordó a los 81 reos que murieron el 8 de diciembre del año pasado en el incendio de la cárcel de San Miguel. La ceremonia, fue presidida por el arzobispo de Santiago, monseñor Ricardo Ezzati, quien pidió a las autoridades "redoblar los esfuerzos" para mejorar las condiciones de los reclusos.

"Quisiera invocar a las autoridades que nos acompañan, a todas las autoridades del país, que se redoblen los esfuerzos para que los hermanos reclusos puedan encontrar en las cárceles de Chile no solo un lugar de castigo, sino un lugar de redención. Esto es una responsabilidad de toda la sociedad", dijo Ezzati.

En la ceremonia además participaron familiares de las víctimas y diversas autoridades encabezadas por el ministro de Justicia, Teodoro Ribera, y su antecesor, Felipe Bulnes, quien tuvo que enfrentar la tragedia.

Al terminar la ceremonia, los familiares de los reos demandaron justicia para los fallecidos y mejores condiciones de reclusión para quienes hoy día están privados de libertad.

"La mayoría de los chiquillos eran jóvenes, tenían hermanos jóvenes, y vamos a luchar hasta la muerte. Yo tengo 30 años, puedo 'dar jugo' hasta los 70 años por la justicia de los chiquillos, así que gratis no les va a salir el condono que se mandó el Estado", dijo César Pizarro, presidente de la agrupación "81 Razones x Luchar", que reúne a las familias de los fallecidos.

Según explicó el líder del grupo, la intención de éste es constituirse como "un ente fiscalizador del Estado y de Gendarmería. Queremos dar de baja a funcionarios, queremos que se cumplan los derechos humanos, que no se apalee a los presos que se los prive de libertad si cometieron un error, pero nada más que eso, como tiene que ser, y que de una vez por todas se respete a la gente en Chile", indicó.

Tras la misa, los familiares se dirigieron a las inmediaciones de la cárcel de San Miguel, donde realizarán una vigilia en honor de sus deudos.