Tres constructores y un técnico italianos fueron declarados culpables de homicidio y condenados a penas de prisión este sábado por el derrumbe de un dormitorio común tras el sismo de L'Aquila (centro de Italia) en 2009, que provocó la muerte de ocho estudiantes.
Bernardino Pace, Pietro Centofanti y Tancredi Rossicone, que fueron comisionados para hacer los trabajos de reestructuración del edificio en el año 2000, fueron condenados a cuatro años de prisión cada uno.
El fiscal los acusó de haber fragilizado aún más esta construcción de los años 1960.
Pietro Sebastiani, un técnico de la ADSU, organismo universitario a cargo de esta vivienda estudiantil, fue condenado a dos años y seis meses de prisión. Una semana antes del terremoto recibió el encargo de verificar la seguridad del dormitorio común y había declarado la construcción como segura.
Los cuatro tienen además prohibido ser contratistas de organismos públicos durante un periodo de cinco año.
El juez les ordenó también girar 100.000 euros (unois 133.000 dólares) a cada uno de los padres que perdió un hijo y 50.000 euros a cada hermano u hermana.
La ciudad medieval de L'Aquila y los pueblos vecinos fueron sacudidos el 6 de abril de 2009 por un sismo de magnitud 6,3 que dejó 309 muertos y provocó el derrumbe de edificios.
En octubre de 2011 siete miembros de la Comisión "Grandes riesgos" fueron condenado a seis años de prisión por no haber advertido a la población sobre la posibilidad de que se registrase un potente sismo, lo que incitó a los habitantes a quedarse en sus hogares cuando se sintieron los primeros temblores.
Esta condena provocó indignación en la comunidad científica ya que numerosos sismólogos estimaron que era imposible prever un terremoto.