El contratista estadounidense Alan Gross cumplió el miércoles cinco años encarcelado en Cuba y su esposa advirtió que su condición ha empeorado severamente, en momentos en que cualquier esperanza de mejora en las relaciones entre Washington y La Habana depende en gran medida de su destino.

"Me temo que estamos en el final. Después de cinco años consumiéndose literalmente, Alan está acabado", dijo su esposa, Judy Gross, en un comunicado en el que explicó que está deprimido, cojea y ha perdido cinco dientes.

Cuba arrestó a Gross, de 65 años, el 3 de diciembre del 2009 y posteriormente fue condenado a 15 años de cárcel. El subcontratista de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) fue sentenciado por importar tecnología prohibida y tratar de establecer una red de internet clandestina para la comunidad judía en la isla.

El caso es emblemático en las agrias relaciones de Estados Unidos y Cuba desde la revolución de 1959 que llevó al ex presidente Fidel Castro al poder. Cualquier avance en el mejoramiento de los lazos bilaterales parece remoto mientras Gross siga en prisión.

"La liberación de Alan por parte del Gobierno cubano por razones humanitarias eliminaría un obstáculo a relaciones más constructivas entre Estados Unidos y Cuba", dijo el Departamento de Estado estadounidense en un comunicado el miércoles.

Washington ha exigido la liberación incondicional de Gross y ha rechazado los ofrecimientos de Cuba para discutir un canje del contratista por tres agentes cubanos de inteligencia que cumplen largas condenas en prisiones de Estados Unidos.

Funcionarios estadounidenses sostienen que sería un error equiparar a Gross con los agentes cubanos.

La Habana describe a los tres agentes cubanos, de un grupo original de cinco, como "los Cinco Héroes" antiterroristas que advirtieron a Cuba de posibles ataques, infiltrando organizaciones anticastristas en Florida.

Obama tiene autoridad para llevar a cabo un intercambio de prisioneros con La Habana y rediseñar la política de Washington hacia Cuba. Hace más de un año dijo: "Tenemos que seguir actualizando nuestras políticas" hacia Cuba. Pero aún no ha ofrecido señales de cambios.

La esposa de Gross insta a Obama a que adopte medidas para ayudar a su marido.

"Es hora de que el presidente Obama ayude al regreso de Alan a Estados Unidos ahora, de lo contrario será demasiado tarde", dijo Judy Gross.

La salud mental y física de Gross se ha debilitado, y ha considerado la opción de suicidarse, según su abogado, Scott Gilbert.

Gross, quien pesaba 115 kilos hace cinco años, ha perdido más de 46 kilos, apenas puede caminar y padece de problemas de visión en su ojo derecho, agregó el abogado.

Después de cumplir 65 años en mayo pasado, Gross se comprometió a no pasar su próximo cumpleaños en la cárcel y afirmó a los visitantes que preferiría morir que continuar en prisión.

Gross se despidió de su esposa Judy y su hija durante la última visita que le realizaron en julio en Cuba, y se ha negado a recibir visitas de funcionarios de la Sección de Intereses de Estados Unidos en La Habana, dijo Gilbert.