Nicolás cae sobre la hierba fresca. Sus ojos se cierran y las imágenes comienzan a desfilar: hay lobos marinos en las rocas, barcos abandonados y muchos kilómetros de playa. Adentro del mar, varios hombres intentan mantenerse a flote encima de sus tablas, surcando olas de diferente magnitud y con osadas maniobras. Al despertar, el niño agarra una tabla y corre hacia el horizonte.

Cristián Merello (31) tiene mucho de Nicolás, que representa a todos los jóvenes que crecieron soñando con el surf. No es casualidad que su historia haya sido filmada en Pichilemu, cuna de varios de los más grandes especialistas del país, como Ramón Navarro y él mismo, nacido en Ovalle, pero de madre pichilemina.

"Puede que tenga algo de mí, pero en la práctica simboliza a todos quienes nos enamoramos de este deporte cuando lo practicamos por primera vez", comenta el rider del Team VTR y audiovisualista acerca de su nueva película, Tierras lejanas, que tiene marzo como fecha tentativa de estreno.

Como el surf es una disciplina en la que sólo se puede adquirir renombre si las hazañas están registradas en video, Merello ha desarrollado esta veta desde hace muchos años. Sin sentido (2005), No da lo mismo (2007), Chile oculto (2008) e Influencia visual (2010) son sus trabajos anteriores, todos ligados a este deporte. Ninguno de estos proyectos, sin embargo, fue tan ambicioso como Tierras lejanas.

"La verdad es que con esta película queremos llegar lejos. Creo que tiene mucha proyección, por la calidad de las imágenes que tenemos y por la historia del niño, algo nuevo en los documentales de surf. Es mucho más ambicioso. Ya estamos postulando a algunos festivales en Europa y Estados Unidos", afirma Merello, convencido de que ha sido su mejor trabajo a la fecha.

DE ARICA A LA PATAGONIA
El trabajo detrás de cámaras fue más exhaustivo que en sus películas anteriores. Han pasado 18 meses desde que Merello y su polola, Ixa Llambias (21) empezaron las grabaciones, que todavía no han terminado. Con un presupuesto de 70 mil dólares recorrieron Chile desde Arica hasta la Patagonia en busca de las mejores imágenes de olas conocidas y desconocidas, grandes y chicas.

Para captar las marejadas en su punto álgido tuvieron que hacer estudios de cada lugar antes de rodar y aguardar el instante preciso. "No es cosa de llegar y filmar. Hay que encontrar el spot indicado y esperar el momento", dice el surfista, quien protagoniza la cinta acompañado de otros grandes riders chilenos como Navarro y Diego Medina.

A lo largo de los 45 minutos de metraje, se le puede ver encima de olas de todo Chile, grabadas por Llambias desde una moto de agua tripulada por un experto.

"Para mí ha sido toda una experiencia. Aprendí a surfear para hacer la película", cuenta Llambias, camarógrafa y directora del documental. "Ver todo de afuera ya es impactante, pero estar ahí, grabar cuando el mar está gigante y sentir su energía es sensacional. Hay que tener en cuenta, eso sí, de repente hay que arrancar cuando se pone peligroso", agrega.

Gracias a la moto, el equipo de producción (de hasta 10 personas) pudo llegar hasta lugares recónditos y playas casi vírgenes, como en Mehuín, cerca de Valdivia, y en la Patagonia. En otros lugares, como Cucao (Chonchi, Chiloé), tuvieron que cabalgar 45 minutos para llegar al sitio indicado. "Hay olas que nadie ha tomado", advierte.

La gran variedad de paisajes chilenos se ve reflejada en el filme, que muestra tanto dunas de arena como glaciares. Como no hay diálogos dentro de la película, la fotografía se cuidó incluso más que el guión, por lo que las filmaciones se desarrollaron temprano en la mañana para aprovechar la mejor luz. Las imágenes son acompañadas dentro del documental por la banda sonora desarrollada por el grupo indie nacional Intimate Stranger.

"El objetivo es poder potenciar el surf en Chile, tiene que ver con mejorar turismo. Queremos mostrar este hermoso país, en donde no está todo hecho y queda harto por descubrir. Debemos sentirnos privilegiados", asevera Merello. Su esperanza es lograr que el público internacional se sienta un poco más cerca de estas tierras lejanas.