El pasado 7 de agosto, un fanático de 20 años ingresó a la cancha del estadio Sun Life de Miami mientras se disputaba el partido de pretemporada, por la International Championchip Cup, entre el Real Madrid ante el Chelsea. Su único objetivo era conseguir un abrazo de su ídolo Cristiano Ronaldo, y lo consiguió.

Pero la hazaña no le salió barata a Ronald Gjorka, quien hoy tiene dos cargos de delito grave, el primero por traspaso y el segundo por alteración del orden público. En caso de ser declarado culpable, el joven albano enfrentaría problemas en su proceso de inmigración, y podría ser expulsado de la universidad y obligado a retornar a su país natal.

Al enterarse de la situación, la estrella merengue envió una carta al procurador de Miami y solicitó que Gjorka fuese puesto en libertad.

"Entiendo su posición y la importancia de hacer cumplir las reglas y leyes. Sin embargo, pido respetuosamente que usted y su oficina reconsideren esta decisión y retiren los dos cargos criminales que este joven enfrente", redactó el luso en la misiva.

La petición del portugués finalizó expresando que "tengo entendido que ahora reconoce su error y la importancia de la seguridad. Yo no quiero verlo enfrentar sanciones penales por su error".