El subsecretario de Salud Pública, Jaime Burrows, entregó este mediodía el balance de la campaña Alto al Fuego 2016-2017 junto al fundador de la Corporación de Ayuda al Niño Quemado (COANIQUEM), Jorge Rojas, y el jefe de OS11 de Carabineros, el coronel Óscar Salazar.

A comienzos de diciembre, se lanzó la campaña Alto al Fuego, que pretende formar conciencia respecto a las terribles consecuencias que se puede llegar a tener al usar, comprar o vender fuegos artificiales ilegales durante las festividades de fin de año.

El balance registrado fue de cinco niños de entre 5 y 13 años durante el 28 de diciembre y el 2 de enero. De estos, fueron tres en la región de Antofagasta, y dos en la Metropolitana. Respecto a la mediación anterior, disminuyó en un caso.

La máxima autoridad de COANIQUEM, explicó que están atentos también a otros artefactos que se "están presentando y que producen un alto impacto en estas fechas con consecuencias de incendio y quemaduras".

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En esa línea, el subsecretario Burrows agregó que "hay una definición de fuegos artificiales que hoy día no está cubriendo, por ejemplo, los globos de los deseos. Ahí hay un tema que debiéramos revisar". En ese sentido, aclaró estar dispuesto a conversar con los parlamentarios para hacer las modificaciones legales para los próximos años.

Asimismo, el coronel Óscar Salazar señaló a La Tercera que hubo 976 mil unidades de fuegos artificiales que fueron decomisadas. De los cuales, se detuvieron 81 personas que fueron puestos a disposición de los tribunales. En el 2015, hubo 19 detenidos. Durante el mes de la campaña, de los 81 detenidos fueron 56 (de las 356 unidades de fuegos artificiales decomisadas).

El jefe de Carabineros, explicó que la mayoría de las detenciones "fueron en la primera, segunda y tercera región". Esto, según Salazar, es debido a que en Bolivia y Perú no tienen una legislación sobre los fuegos artificiales por lo que "se comercializa y fabrica muy fácil y, por lo amplio de la frontera, lo entran por distintos sectores".