ARTICULO PUBLICADO EN JUNIO DE 2004

"La desaparición de Gina DeJesus cambió su vecindario"

Desde el 2 de abril de 2004, el día en que Gina DeJesus, de 14 años, fue vista por última vez en el camino hacia su casa desde la secundaria Wilbur Wright, los residentes del barrio tienen una abrumadora necesidad de cautela. Los padres están haciendo cumplir de manera más estricta los toques de queda, animan a sus hijos a caminar en grupos o los llevan a la escuela cuando anteriormente ellos caminaban solos.

"Usted puede notar la diferencia", señala la madre de DeJesus, Nancy Ruiz. "La gente cuida a los niños de otros. Es una pena que haya tenido que pasarme una tragedia para conocer realmente a mis vecinos. Benditos sean sus corazones". En el lado oeste de Cleveland, es difícil caminar mucho tiempo sin ver la foto de Gina en los postes telefónicos, en las ventanas o en los autos a lo largo de las concurridas calles.

"La gente realmente está buscando a mi hija", dice Ruiz. Por siete semanas, la familia de Gina ha estado organizando búsquedas, celebrando vigilias de oración, publicando folletos y llamando a conferencias de prensa. A pesar de los muchos rumores que han circulado por el vecindario, no ha habido ni rastro de ella.

Sin embargo, una cosa es cierta. Casi todos sienten una conexión con la familia, y la desaparición de Gina tiene a todo el área hablando. "Ha traumatizado a mucha gente", señala Bob Zak, coordinador de seguridad de la Corporación de Desarrollo de la Comunidad de Westown. "La gente desconfía de todo el mundo. Niños, padres y abuelos tienen miedo".

Padres y familiares esperan a sus hijos afuera de la escuela Wilbur Wright, la que recientemente expresó preocupación sobre el número de delincuentes sexuales que viven y trabajan en el área. "Realmente, creo que es necesario que haya más seguridad", dice Vaneetha Smith mientras espera a su sobrina afuera de la escuela secundaria Wilbur Wright al final del día. "Tenemos demasiados secuestros, y ellos deberían acabar con todos los delincuentes sexuales en la zona".

Luis Pérez se hace eco de las preocupaciones de Smith mientras él espera a su sobrina en la escuela. "Yo creo que el vecindario es bastante malo", señala. "Tienes que tener cuidado con algunas personas por ahí".

La base del registro eléctrico de delincuentes sexuales y de notificación de Ohio enlista a 133 delincuentes sexuales que viven y trabajan en la misma zona de Gina. Muchos residentes del área, sin embargo, no pueden utilizar la base de datos, ya que no tienen internet en sus casas.

La ley de Ohio prohíbe a los delincuentes sexuales, que están obligados a registrarse, establecer su residencia a menos de 300 metros de edificios escolares.

"No hacen cumplir las leyes, ya que todavía viven justo al lado de las escuelas y de los paraderos de autobús", dice Ruiz. Ella cree que el proceso de registrar a los delincuentes sexuales es esencialmente una pérdida de tiempo.

En una reunión del distrito 19 de vigilancia, uno de los 10 que hacen mensualmente, los residentes describen el área como una comunidad multiétnica, donde la gente trabaja y trata de mantener su vivienda. Ellos sienten que la desaparición de Amanda Berry el 21 de abril de 2003 fue una llamada de atención, pero el caso de Gina realmente ha captado la atención de todo el mundo.

Muchos residentes creen que las escuelas y la ciudad tienen que trabajar más para ayudar.

"No hay suficiente supervisión en las escuelas, y cuando los niños salen, ellos aún corren por las calles", comenta Smith. "Dicen que una vez que salen de las instalaciones escolares, la escuela no es responsable por ellos. Pero hasta que no llegan a sus casas, yo creo que sí lo son".

"Se supone que la escuela es un lugar seguro", dice Pérez. "Ellos necesitan más policías alrededor de las escuelas. Sin eso, esto sólo va a seguir adelante y habrá más gente inocente que salga herida".

Isaac Rodríguez ha visto que algunos cambios han ocurrido en Wilbur Wright. "Ahora hay más guardias de seguridad en la escuela", indica el padre de dos estudiantes de la secundaria. "Ellos han estado teniendo asambleas y hablando con los niños sobre el peligro".

"Cuando envías a tus niños a la escuela ahora -dice Smith-, tú no sabes si ellos van a llegar a casa o no. Yo siento que el alcalde debería hacer algo sobre eso. Los niños deberían ser nuestra primera prioridad, no importa qué más está pasando en la ciudad". Zak, un ex oficial de policía de Cleveland de 30 años, cree que la comunidad está sintiendo los efectos de los recortes de la ciudad en la fuerza policial. "La primera cosa que la ciudad debe hacer es proteger a sus ciudadanos", indica.

Los recortes en la fuerza policial no son los únicos cambios en el presupuesto que directamente han afectado a los residentes. El distrito escolar municipal de Cleveland también está analizando la forma en que va a eliminar su proyección de US$ 100 millones de déficit presupuestario. Entre los elementos que serán recortados estarán la adquisición de servicios, el tiempo extra de los empleados, el pago suplementario, los libros de texto, el staff de la escuela y el transporte de los estudiantes.