El invicto de 26 partidos y el liderato de Cobreloa tienen una particularidad: el equipo naranja ejerce de local en Antofagasta, a 218 kilómetros de su sede, Calama.

En un principio, la refacción del estadio Municipal de esa ciudad tenía muy incómodos a los "Zorros" y su cuerpo técnico, pues luego de actuar en la capital de la Segunda Región debían viajar en bus cerca de dos horas.

Sin embargo, la costumbre y la larga imbatibilidad (que comenzó el 13 de abril) han hecho que los kilómetros en el cuerpo no sean tan duros para el puntero.

"Fue complejo el inicio, ya que tuvimos que adaptarnos lejos de nuestro lugar de origen. Cada vez que se juega, sabemos que el desgaste es mayor respecto de otros equipos, pero quedar eliminados de la Copa Sudamericana nos dio un poco más de descanso. Además, es diferente perder e irse en bus en la noche que ganar y viajar conformes", dice John Armijo, PF loíno.

Y con razón: la escuadra que conduce Jorge "Chicho" García -en los 19 partidos del segundo semestre- ha viajado 41.591 kilómetros, contando el Campeonato Nacional, la Copa Chile y los cuatro duelos internacionales, contra Peñarol de Uruguay y La Equidad de Colombia. La cifra total, que incluye también el trazado ida y vuelta de Calama a Antofagasta, es equivalente a casi 10 vueltas a Chile, pensando en que el país mide 4.270 kilómetros lineales.

"Todo esto hace aún más meritorio estar punteros e invictos. Así también lo han manifestado los jugadores. Viajar constantemente desgasta un poco, sobre todo cuando jugamos de local, porque el viaje de vuelta lo hacemos de madrugada, en bus, y eso no nos permite tener un buen descanso", dice García, mientras que Hugo Droguett aclara que "no nos gustaría viajar tanto, pero al final no ha sido tan pesado. Sería una excusa decir en un momento que perderemos por la exigencia, somos profesionales".

El segundo equipo que más ha viajado es Iquique, que tiene 15.160 kilómetros. El que menos salió fue Audax Italiano, con 1.220.

RETORNO A CASA

Según estiman en Cobreloa, el sábado 5 de octubre volverán a jugar en Calama, en el miniestadio del club de campo de los naranjas, con aforo de tres mil personas. El rival será Iquique y, para aquello, García prepara un plan especial.

"Estamos readaptando físicamente a los jugadores, es el nuevo plan para competir en la altitud. Llevamos tres semanas haciéndolo para mantener el buen rendimiento en otras condiciones", dice Armijo.