Y la situación -advirtió un funcionario iraquí- tiene serias implicaciones en materia de seguridad.

El ministro de Petróleo y Electricidad del país, Hussein al-Shahristani, le dijo a la BBC que los insurgentes están aprovechando el vacío de poder que resulta de la falta de acuerdo entre las fuerzas políticas.

Y es que a pesar de los progresos registrados en los últimos años, los atentados siguen siendo parte de la realidad cotidiana de los iraquíes y producen cientos de muertes todos los meses.

Tan sólo el domingo pasado, un grupo de insurgentes atacó una base del ejército en Bagdad y causó la muerte de 12 personas.

En esa oportunidad soldados estadounidenses fueron llamados a asistir a las tropas iraquíes, en lo que se convirtió en el primer enfrentamiento de ese tipo en el que participan militares de EE.UU. desde la finalización oficial de sus misiones de combate, hace cinco días.

IMPASSE
Los votantes iraquíes acudieron a las urnas el 7 de marzo, pero los sufragios no le dieron la mayoría parlamentaria a ninguna de las fuerzas políticas en contienda.

Las elecciones le valieron a Irak felicitaciones por su carácter de incluyentes y por haber sido celebradas en relativa tranquilidad, pero ni siquiera un recuento manual de los millones de votos le dio a alguno de los partidos una clara ventaja.

Según el corresponsal de la BBC en Bagdad, Gabriel Gatehouse, el balance de fuerzas es tal que, seis meses después, los políticos no han podido decidir como integrar el nuevo gobierno.

Y según Hussein al-Shahristani -miembro del gobierno interino, que es básicamente el mismo que estaba en el poder antes de los comicios- esas diferencias políticas benefician a los grupos violentos.

"El tema de seguridad podría haber sido manejado con más firmeza", le dijo al-Shahristani a la BBC.

"Ahora, gracias a esas diferencias, los terroristas esperan aprovechar las ranuras del sistema político para penetrarlo", advirtió.

DECEPCION

Según nuestro corresponsal, en las otras dimensiones de la vida cotidiana este problema no parece tener un mayor impacto.

Pero este martes, un pequeño grupo de activistas y políticos se reunieron frente a la sede del Parlamento para protestar por los atrasos en la integración del gobierno.

Y mientras Estados Unidos empieza a reducir su presencia militar en el país, también comienzan las valoraciones en torno a uno de sus "principales legados": un gobierno democrático.

Según Gatehouse, algunos iraquíes incluso se preguntan para qué votar si eso no les permite cambiar a sus líderes.

La culpa de todo, según el ex embajador de Irak ante Naciones Unidas, Feisal Istrabadi, la tienen los políticos.

"Muchos están más interesados en garantizarse un lugar en el gobierno que en las necesidades del país", dijo Istrabadi, quien actualmente es director del programa de estudios sobre Medio Oriente de la Universidad de Indiana, en EE.UU.

"Y aún si el día de mañana se conformara un nuevo gobierno, mágicamente, eso no cambiaría la decepción que sienten los ciudadanos ordinarios", le comentó Istrabadi al programa Today, de la BBC.

"Ellos no han recibido ningún tipo de beneficio a cambio de todo el dolor y los problemas que han tenido que sufrir durante los últimos ocho años", concluyó.