En el principio fue el cómic. Sí, un cómic escrito por Darren Aronofsky que circuló en francés en el 2011, tal vez probando mercado entre paladares sofisticados, idealmente en las librerías de París. En aquella novela gráfica, el profeta hebreo no era el anciano de barba blanca, pintado por años de tradición de películas bíblicas. Era más bien un héroe de acción, decidido, enérgico, implacable. Era el hombre que en unos años más encarnaría Russell Crowe en Noé, la adaptación que de su propio cómic realizó Aronofsky.

Con un costo de 130 millones de dólares y estreno para el 28 de marzo del 2013 en EE.UU. y un mes después en Chile, Noé es una de las varias superproducciones que Hollywood prepara con temas robados al Viejo Testamento o a la historia cristiana. Al menos, otras tres cintas les siguen sus pasos: Exodus, donde Ridley Scott revisita la odisea de Moisés; Gods and  kings, en que Ang Lee indaga en el mismo personaje desde una mirada más amplia, y  Ben-Hur, una nueva versión de la novela de Lew Walace a cargo del director kazajo Timur Bekmambetov.  Estas dos últimas aún no tienen actores confirmados.

El director de Réquiem por un sueño lleva siete años preparando Noé. Desde el  2006  realizó además los filmes The fountain, un fracaso épico que no recuperó ni la tercera parte de su inversión, El luchador y   El cisne negro, dos éxitos absolutos. Gracias al dinero y al prestigio de estas dos últimas obras pudo convencer a Paramount Pictures de apoyar su visión de Noé: sin concesiones, original, libre, no muy religiosa. En la trama, el patriarca tiene una edad media, es nieto de Matusalén (Anthony Hopkins), sufre visiones apocalípticas y, poco a poco, se transforma en un renegado de la sociedad. El y toda su familia son "outsiders", mirados con recelo, con rechazo y, en el más tragicómico de los casos, con risa. "¿Se tratará de un loco?", se preguntan los que viven en la desembocadura del río Eufrates.

Al menos, las imágenes de la novela gráfica en dos partes  del dibujante Niko Henrichon dan cuenta de una tierra infernal, similar al paisaje del filme de ciencia ficción Mad Max (1979). Luego vendrá el gran diluvio, que tiene un furioso prólogo protagonizado por bolas de fuego que caen sobre la Tierra. Noé es acompañado siempre por su esposa, Naama (Jennifer Connelly), sus hijos Sem y Cam, y su hija adoptiva Ila (Emma Watson). Su gran enemigo es Tubalcaín (Ray Winstone) y, por su puesto, casi toda la  comunidad.

Exhibida a mediados de año en pruebas de testeo con público cristiano en Arizona, los primeros reportes hablan de que la mitad de la gente aplaudió. La otra mitad simplemente no entendió el concepto de Noé como una suerte de "primer ecologista", capaz de refugiarse con su familia en territorios salvajes. También, controversiales son las figuras monstruosas de los ángeles de siete brazos que atacan la Tierra y que Noé busca atraer para su causa.

EL EXODO DE RIDLEY SCOTT

Si la película de Aronofsky cuesta 130 millones de dólares, la historia de Moisés, según Ridley Scott, llegará a los 150. Se llama Exodus y comenzó a filmarse hace cuatro días, en la región de Almería en España. El director de Blade runner estrenará esta producción en diciembre del 2014 y sólo en las primeras escenas contó con tres mil extras.

Scott, a diferencia de Aronofsky, tiene experiencia en las superproducciones, particularmente las históricas. Uno de sus grandes éxitos fue Gladiador (2000), cinta ganadora de cinco Oscar, capaz de levantar del olvido al género de las películas de romanos.

De acuerdo con el diario Variety, Exodus también busca encajar en el molde de filme épico de acción, lejos del aire reverencial del clásico Los diez mandamientos (1956), con Charlton Heston. Eso es al menos es lo que ha dicho su productor, Peter Chernin. Para Scott, que se refirió a la obra hace dos años y luego cayó, dice que de lo que se trata es "de contar lo mejor posible la relación de Moisés con el faraón Ramsés. Eso es lo que siempre me atrajo de la historia".

El largometraje relata en grandes términos y como lo anuncia su título, la huida del pueblo hebreo desde Egipto. Los roles principales son de Christian Bale, como Moisés; Aaron Paul, a cargo de Josué; Joel Edgerton, en el papel de Ramsés, y Sigourney Weaver, como Tuya, la madre del gobernante egipcio.