Ad portas de iniciar la discusión del reajuste del salario mínimo, y de cara a la elaboración del Presupuesto del próximo año, Hacienda está preocupada por el avance del gasto fiscal.

De hecho, el ministro del ramo, Rodrigo Valdés, alertó el lunes sobre este punto al señalar que "desde mediados de 2014 hasta ahora, hemos tenido un aumento significativo del gasto a PIB en Chile", y precisó que dicha alza fue de dos puntos porcentuales.

De acuerdo con cifras de la Dirección de Presupuestos, el gasto fiscal como porcentaje del Producto Interno Bruto (PIB) llegó a 23,7% a abril de este año, lo que implica su mayor nivel en al menos los últimos 26 años. El avance del gasto fiscal en los últimos años fue atribuido por Valdés al programa de gobierno.

Por otra parte, la magnitud del gasto superó en los primeros cuatro meses de 2016 el desempeño de los ingresos con y sin registro de capitales, que alcanzaron niveles de  21,4% y 20,7%, respectivamente, como porcentaje del PIB, dando cuenta de un estancamiento.

"Queda trabajo por hacer en términos que la política fiscal pueda lograr estabilizar el deterioro del déficit fiscal. Chile tiene que hacer lo necesario para que el déficit fiscal no se amplíe más. Estamos llegando a un nivel en que si bien las clasificadoras de riesgo nos miran con atención, nos mantienen las notas porque confían en que vamos a hacer lo posible para que el balance estructural siga mejorando en un cuarto de punto por año. Eso pone restricciones fiscales muy relevantes hacia adelante", afirmó el ministro.

El diagnóstico de Valdés es compartido por los economistas, quienes si bien sostienen que el gobierno debe ajustarse al gasto, ponen el acento en la calidad en el uso de los recursos.

El ex subdirector de Presupuestos y actual académico de la U. de Santiago, Guillermo Pattillo, señaló que "con la Reforma Tributaria y el aumento de gasto que esta generaba, era nítido que el gasto como porcentaje del PIB iba a crecer". Destacó que la tendencia al alza se podría extender hasta 2017-2018, cuando finalicen los cambios que está realizando el Ejecutivo, hasta llegar a un gasto de 25,5% del PIB.

Pattillo subrayó que hoy la discusión clave apunta a la calidad del gasto y al uso eficiente de los recursos, opinión que es compartida por la economista de LyD, Cecilia Cifuentes y Angel Cabrera, de Forecast Consultores.

"Este es un crecimiento del sector público a expensas del sector privado, porque se financia con alza de impuestos y no creo que haya un beneficio claro (...) Pero más allá de que aumente el tamaño del sector público, lo complejo aquí son las reformas que se están haciendo y para qué se están destinando los recursos", aseguró Cifuentes.

Cabrera, enfatizó que "un aumento en el gasto público puede ser bueno o malo, dependiendo de cómo sean usados los recursos. Desgraciadamente, mi evaluación de lo que ha pasado estos años es más bien negativa, considerando que no ha habido un progreso evidente en ninguna de las áreas claves que se habían planteado a inicios de gobierno".

El economista de la U. de Chile, Alejandro Alarcón, sostuvo que si la regla básica para el crecimiento del gasto -que dice que al menos debe haber un superávit primario, que es la diferencia entre ingreso y gasto, para pagar los intereses del servicio de la deuda- no se cumple, lo que se produce ahí es un estado creciente de insolvencia o tendencia hacia la insolvencia. "Un gasto fiscal creciente empieza a presionar y podría llevar a la economía hacia un estado de insolvencia del gasto, cosa que no hemos llegado todavía, pero tenemos referencias muy cercanas como el caso de Brasil, Argentina, países en donde se experimenta con el populismo", aseveró.