En 1979, dos gemelos idénticos fueron separados al nacer. En el 2008, a los 29 años, se volvieron a encontrar y pese a que no tenían idea de la existencia del otro, descubrieron increíbles semejanzas en sus vidas. La primera de ellas fue que los padres adoptivos los habían llamado de la misma manera y que, al crecer, habían optado por la misma carrera.  Fumaban la misma marca de cigarillos, tomaban la misma cerveza y sus esposas e hijos compartían nombres: ambas se llamaban Linda y sus primogénitos eran James Allan y  Allan James.

Esta es una de las historias del reciente libro de la escritora Abigaíl Pogrebin, One and the Same (Idéntic0s), que retrata la inexplicable conexión y los dilemas que enfrentan quienes comparten la vida con un hermano gemelo.

Siendo ella una gemela idéntica, la autora consigna que la gente tiende a idealizar estas hermandades, viéndolas fascinantes y misteriosas. Según Pogrebin, ello ocurre porque a lo largo de la existencia, "todos buscamos una persona con la que podamos tener una relación y el grado de conexión que tienen los gemelos. Todos queremos ser amados incondicionalmente".

A pesar de la comodidad de ir por la vida con un compañero constante, los gemelos son presas de una irrenunciable dualidad. La obligación que sienten para con el otro les impide diferenciarse, y los hace ser víctimas de una fuerte dependencia. Estos hermanos se debaten entre el amor y el deseo de competir con una copia de ellos mismos para ser reconocidos por sus propios logros y méritos, tratando de opacar la duplicidad y el hecho de ser recordados por ser gemelo.

Según la autora, la vida de los gemelos es muy compleja en la infancia y no deja de serlo en la adultez. El hecho de estar acostumbrados a la compañía mutua hace que les sea difícil abrirse a otras relaciones y establecer amistades. Más adelante, muchos se ven afectados a la hora de buscar pareja, ya que ven amenazada esta intimidad que ha sido parte importante de sus vidas. Aún así, les es imposible vivir el uno sin el otro.

Greg Hoffman perdió a su gemelo en el 11S. Pese a que tenía una familia y era un profesional exitoso, nunca se pudo recuperar y nadie emtendía por qué. Greg no había perdido sólo un hermano, le faltaba su otra mitad.

A pesar de todo, ellos viven flotando entre estos dos polos, sumidos en la tarea de ser diferentes.