El estilo de gobierno del presidente Trump, mediante tuits y sin el asesoramiento adecuado, no solo es peligroso sino que está dañando la política exterior de Estados Unidos. La mejor prueba es cómo su anuncio sobre una posible "opción militar" en Venezuela perjudicó la gira latinoamericana (Chile inclusive) del vicepresidente Mike Pence: echó bencina a la propaganda chavista de que el "imperialismo yanqui" es la causa de todos los males venezolanos.

Por los elogios a la anfitriona (democracia, apertura económica, libre comercio, derechos humanos y reformas), pareciera que Pence estuvo visitando otro Chile, porque no reparó en la acción ulterior de la "retroexcavadora". Pese a ello, no obtuvo apoyo respecto de Venezuela ni Corea del Norte.

Estuvo bien que el gobierno chileno rechazara cualquier solución militar para Venezuela (golpe interno o intervención externa), pero todavía elude una condena directa a la dictadura de Nicolás Maduro. Lo mismo ocurre con Corea del Norte, pues deberíamos aplicar sanciones suplementarias (ruptura de relaciones diplomáticas) para evitar la "tentación nuclear" de la Casa Blanca. En ambos casos, sigue primando el sesgo ideológico de la Nueva Mayoría.

Juan Salazar Sparks