Señor director:

Recientemente nos hemos enterado del interés que tienen diputados de postularse al cargo de gobernadores regionales, pero sin soltar sus respectivos escaños lo que, en chileno simple, podríamos interpretar como "no perder ni pan ni pedazo". Lo anterior, además de hacernos cuestionar una vez más de sus reales convicciones de vocación por el servicio público nos demuestra que, a pesar de todas las señales que dan cuenta de la desafección y total desconexión con la ciudadanía, se esmeran en profundizar la crisis demostrando que solo importan sus intereses y que la gente, a fin de cuentas, termina siendo considerada solo para períodos electorales.

Cuando la denominada clase política se autoconsulta "por qué la gente no nos quiere ni nos cree" bastaría con que dejarán de mirarse el ombligo para entender que son sus propias acciones las que los condenan al escarnio público que se verá, muy probablemente, manifestado nuevamente en las urnas.

Rodrigo Durán Guzmán