Ayer en la mañana, la Presidenta Michelle Bachelet se veía preocupada en una actividad sobre educación que encabezó en La Moneda, minutos antes de que se diera a conocer públicamente la encuesta CEP.

A esa hora en La Moneda ya circulaban cifras de la encuesta, que si bien dejaban a la Presidenta con un nuevo récord de aprobación del 73%, dejaba un sinsabor por la candidatura de Eduardo Frei, que bajaba dos puntos respecto de la medición anterior.

Si bien Marco Enríquez-Ominami no crecía lo suficiente para complicar a la Concertación, la situación de Frei confirmaba uno de los temores de Palacio: la popularidad de la Mandataria y su gobierno no se están traspasando al candidato. Por ello, a diferencia de la CEP de junio, que desató abrazos entre asesores del segundo piso y autoridades, en esta ocasión los rostros eran de preocupación.

"Esta encuesta mide dos elecciones. Una de primera vuelta, donde claramente Frei y Piñera son los que pasan a segunda vuelta, y un balotaje donde ambos están empatados. Nunca Chile había tenido una elección tan competitiva en democracia", dijo la vocera Carolina Tohá, dejando de lado el discurso de que el gobierno no comenta las encuestas.

En su análisis, la ministra también sinceró la inquietud de La Moneda por la dificultad para heredar la aprobación del Ejecutivo. "La Concertación en esta encuesta tiene un gobierno con un apoyo inusitado, como coalición tiene un apoyo mucho mayor que la derecha, pero eso, electoralmente ha costado traducirlo, porque han sido muchas las dificultades en el camino", dijo Tohá, quien atribuyó esa fenómeno a la conflictividad y discordia dentro del bloque que, a su juicio, disgusta a los ciudadanos.

Las palabras de la vocera constituían un velado recado al comando y los partidos. A juicio de los análisis, el gobierno ha hecho su parte en el apoyo a Frei. En medio del trabajo de campo de este sondeo, la Presidenta y sus ministros intensificaron las apariciones y gestos al candidato. Y por otro lado, el Ejecutivo ha contenido la crisis económica, que pudo haber sido un flanco sensible de la campaña.

Pero la pregunta ¿qué más hacer por la candidatura? sigue sin resolverse en Palacio. Y desde el oficialismo ya han comenzado rumores sobre adelantar el cambio de gabinete -que en las últimas elecciones se ha aplicado entre 1 y 2 vuelta- para incorporar rostros gubernamentales en el comando. Una de las figuras, dicen en el oficialismo, podría ser la ministra del Sernam, Laura Albornoz, antigua freísta y ex colorina, identificada con las políticas de la mujer de Bachelet.