Desde diversos sectores se ha planteado rechazo a la idea del Ministerio de Educación (Mineduc) de considerar un impuesto para quienes se titulen tras haber sido beneficiados por la gratuidad que propone el Gobierno.
El rector de la Universidad de Valparaíso y vicepresidente del Consejo de Rectores (Cruch), Aldo Valle, sostuvo que "esta propuesta no ha sido parte de las conversaciones que ha habido en materia de financiamiento de la gratuidad entre el Cruch y el Mineduc". Y enfatizó que "sería muy difícil interpretar eso como gratuidad universal".
Según Valle esta medida "equivale a generar otro endeudamiento en los estudiantes, a negar la gratuidad a quienes se titulen". Además, dijo, tendría "un efecto aún más grave, porque necesariamente debería generar una carga impositiva adicional para quienes se gradúan, pues no tendría sentido eximirle de otros impuestos y en eso se vulnera un principio de igualdad ante las cargas públicas".
En tanto, el rector de la U. Católica, Ignacio Sánchez, se preguntó qué pasaría "si hay un estudiante del 10% más pobre que estudia Ingeniería en Minas y que tiene un gran sueldo al egresar, él va a tener muchos recurso para devolver, pero si su familia sigue sumida en la pobreza creo que es más importante el desarrollo de su núcleo familiar a que devuelva los recursos".
Mientras que para el rector de la U. Católica de Valparaíso, Claudio Elórtegui, "sería interesante un impuesto a los profesionales con ingreso alto, asumiendo que si se aplica a quienes les vaya muy bien sería una manera de contribuir a la sociedad, para hacer posible que otros jóvenes vulnerables puedan estudiar".
La iniciativa también fue cuestionada por el rector de la Universidad Adolfo Ibáñez, Andrés Benítez, quien manifestó que "ésta es la letra chica de Bachelet, es una mala idea porque primero da cuenta que la gratuidad no es tal, es diferir el pago al futuro que lo hace bastante parecido al crédito, pero la diferencia es que los impuestos son permanentes, se cobrará toda la vida".
Movilizaciones
Desde la Confech también hubo rechazo. La presidenta de la Federación de Estudiantes de la U. de Chile (Fech), Valentina Saavedra, dijo que "lo vemos bien complejo porque se ha hablado de gratuidad, pero esto no lo es. Es un crédito a largo plazo". Y agregó que "es confuso el mensaje que nos están entregando, porque hace una semana, en la reunión con el ministro Eyzaguirre no se mencionó este tema".
Mientras que su par de la Feuc, Ricardo Sande, quien no es partidario de la gratuidad universal, aseguró que estamos "sorprendidos, no va en la línea de lo que habíamos entendido en los últimos acercamientos con el Mineduc. Tampoco en lo que la Confech ha planteado y que es gratuidad mediante aportes basales".
El dirigente gremialista afirmó que "si hace unos días el ministro Elizalde decía que no había razón para una marcha, esto nos da motivos de sobra para salir a la calle el 16 de abril".
Por su parte, el senador RN Andrés Allamand, subrayó que "la improvisación sigue siendo el sello del Gobierno en materia educacional, el anuncio echa por tierra la promesa política de gratuidad".
El ex dirigente estudiantil y actual diputado, Gabriel Boric, señaló que "el Gobierno tiene que dar explicaciones porque según los cálculos nos estaríamos quedando cortos y eso me parece inaceptable. No por un error de cálculo del gobierno se puede relativizar la gratuidad de los estudiantes".
Para el director ejecutivo de Acción Educar, Raúl Figueroa, "parece más adecuado financiar la gratuidad con un crédito cuya cuota dependa del ingreso futuro de los estudiantes, pero esto sería un impuesto bajo la lógica de fijar aranceles de las instituciones, limitando calidad y diversidad de proyectos educativos".
El abogado del programa legislativo de la Fundación Jaime Guzmán, Jorge Barrera, advirtió que podría generar "un desincentivo a la titulación, lo que podría hacer que aumenten las personas egresadas y no tituladas en Chile".