A Giovanni de la Vega el staff de las seleciones menores lo venía siguiendo desde hace tiempo. El volante nació en Holanda, pero su padre es chileno, lo que le confiere la nacionalidad. En su club, el Ajax es considerado uno de los proyectos más interesantes. Destaca por su liderazgo. Es el capitán en su categoría en el equipo tulipán. Ha cargado la jineta en todas las series previas.

De la Vega, quien debutó con la Roja en la Copa UC, con 30 minutos en el partido ante Paraguay, es mediocampista, pero en la línea de la prodigiosa escuela del club de los Países Bajos, domina varios puestos. Su padre, quien nació en Tocopilla, se convirtió en uno de los principales aliados de las intenciones nacionales. El otro fue la insistencia del seleccionador Hernán Caputto, quien varias veces se comunicó con la familia para convencerlos pese al interés de Holanda por adelantarse.

En el complejo Fernando Riera procuran brindarle a De la Vega todas las condiciones para una adecuada adaptación. En el Ajax, el volante había tomado tres semanas de clases de español. Caputto también pone de su parte y ocupa sus conocimientos de inglés. De esa forma, y gracias al amable carácter del futbolista, su adaptación ha sido rápida.

En la Roja valoran su esfuerzo. Cuentan por ejemplo, que De la Vega conoce algunas tradiciones nacionales. "El himno se lo sabe completo. Está contento por la posibilidad de jugar por Chile. En estos cuatro partidos los evaluaremos. Tampoco le vamos a poner presión", sostienen en el cuerpo técnico.

De la Vega es zurdo, pero actúa por la franja derecha. Una de las características que más llama la atención es su adecuada lectura del juego, pese a su corta edad. "Es un jugador diferente, con muchos conceptos", se animan a decir. Por todo, están ilusionados con que demuestre todas sus condiciones