Tras los meses estivales y de vacaciones, los gremios y sindicatos argentinos comenzaron el año dando muestra de su fuerza y capacidad de movilización como una forma de responder a las medidas con las que el gobierno de Mauricio Macri intenta ordenar la economía transandina. De esta forma y coincidiendo con el segundo día del paro de los profesores en la gran mayoría de las provincias del país, los trabajadores marcharon en forma masiva por la capital, Buenos Aires, en protesta contra las políticas del Ejecutivo.
La acción de fuerza fue convocada por la principal central sindical de Argentina, la Confederación General del Trabajo (CGT). Los trabajadores marcharon hasta la sede del Ministerio de Producción en contra de los despidos y la "apertura indiscriminada" de las importaciones. La manifestación paralizó el centro porteño y la Avenida 9 de Julio, la más grande de la ciudad, que colapsó por la cantidad de personas, al igual que la Avenida de Mayo (que comunica la Casa Rosada y el Congreso) y las cercanías del Obelisco.
La central obrera dijo que convocará a un paro nacional de 24 horas "a fines de marzo o principios de abril" por lo que llamaron "una creciente brecha social" generada por las políticas de Macri. Eso, sino se "rectifica el rumbo económico". "No estamos de acuerdo con las políticas del gobierno. Cada vez los que más tienen, ganan más, y los que menos tienen son los que peor la pasan. No vamos a tolerar que flexibilicen los convenios laborales. Queremos paritarias libres, sin techo. Y no vamos a tolerar los despidos", aseguró Héctor Daer, uno de los tres máximos dirigente de la CGT unificada.
"Si me aumentas el costo de las tarifas, yo te aumento el costo político", se leía en pancartas y en camisetas a la venta en medio de la protesta. Un lema que hace referencia al aumento de las cuentas de los servicios básicos por el retiro gradual de los subsidios y a la prueba electoral que debe intentar sortear el oficialismo en los comicios legislativos de octubre.
El telón de fondo es una economía que da tímidas señales de salir de la recesión. En 2016 el Producto Interno Bruto (PIB) cayó 2,3% con un leve repunte en el último trimestre tras cuatro consecutivos de caída. Además hay una fuerte caída de la industria y del consumo. La desocupación roza el 10% con miles de despedidos en el sector público y por cierres de fábricas, y la pobreza alcanza a uno de cada tres argentinos.
La de movilización de ayer es la segunda que la CGT convoca desde que Macri asumió la Presidencia argentina, en diciembre de 2015. La primera se llevó a cabo en el Día del Trabajador, el 1 de mayo pasado.
Hasta ahora la CGT se ha mostrado moderada y ha buscado el diálogo con el gobierno, pero hay sindicatos más combativos que reclaman desde hace tiempo una huelga nacional contra la política económica, algo que podría afectar el clima político de cara a las elecciones de octubre.