Karina intentó volver a la oficina. Se suponía que trabajar desde la casa para la productora de eventos sería una medida temporal mientras la Bea crecía. Pero un nuevo embarazo aplazó otra vez el plan. La casa se convirtió en su lugar de trabajo en doble turno por más tiempo del que tenía en mente.

Se trata de una de las fórmulas que utilizan las mujeres para estar más con sus hijos. Otra es correr de la casa al trabajo. Una variante más es no ascender: tomar más responsabilidades quita horas con los hijos. Y esa búsqueda ha dado resultados.

Una encuesta de la Universidad de Talca señala que las mujeres profesionales que son madres de niños menores de 15 años dedican, en promedio, tres horas al día para estar con sus hijos. Esto es una hora más que hace 10 años, según un estudio sobre el uso del tiempo que el sociólogo de la U. Católica Carlos Catalán realizó en 1998.

CAMBIO EN LOS ROLES DE GÉNERO
Hay una razón que manda: la tensión entre el ámbito laboral y la vida familiar permanece. "La incorporación de las mujeres al trabajo no significa que exista un cambio automático respecto de los roles de género que se basan en la división sexual del trabajo", apunta Claudia Dides, sicóloga de Flacso. Un dato de la OIT: del tiempo total destinado al cuidado de personas en el hogar, las mujeres ejecutan un 78,2% y los hombres un 22,8%.

Hay avances respecto a la crianza de los hijos, especialmente en los grupos más jóvenes, pero se asume como natural que las mujeres se hagan cargo del ámbito familiar, pese a que los hombres más jóvenes quieren tener mayor participación. Ejemplo: Un hombre no puede pedir permiso en la oficina para ir a cuidar a su hijo enfermo. "Es decir, puede y la ley lo ampara, pero socialmente ese rol es de la mujer", dice la socióloga de la OIT, María Elena Valenzuela.

Otros países han resuelto el tema. Noruega, por ejemplo, hoy tiene una de las políticas más integradoras de la paternidad. El posnatal se divide en tres períodos de tres meses cada uno. El primero es para la madre. El segundo, lo deciden en conjunto. El tercero es sólo para el padre. Si no lo toma, lo pierde.

MAMÁ, CUÉNTAME OTRA VEZ...
La encuesta también refleja que los niños piden la presencia materna: un 80% de las mujeres reconoce que su hijo le ha pedido pasar más tiempo con ella. "Hay mayor conciencia de que a los niños necesitan un acompañamiento para su desarrollo integral", aplaude Mariana Fagalde, sicóloga especialista en género de la U. Diego Portales. Los niños son hoy sujetos de derecho y exigen a padres y educadores más tiempo, atención y exclusividad. Y las madres se sienten llamadas a responder a los requerimientos de los hijos.

Juega a favor de esa tesis que hay mucha información alrededor de cómo ser buenos padresy eso no tiene que convertirse en una presión más, advierte Juan Pablo Westphal, sicólogo de Clínica Santa María. En vez de eso, la tarea de la madre es aprender a vivir con la realidad que le toca: con mucho o poco tiempo que tenga para estar con su hijos. "De esta forma, la mujer va a poder compartir con su hijo, sin transmitirle culpa ni ansiedad por la separación, por lo tanto, el vínculo va a ser más afectivo, tranquilo y cercano".

Lo que el hijo requiere de su madre es que esté accesible cuando él la necesite y ello no implica necesariamente presencia física, complementa el sicólogo infantil Ladislao Lira. Así, la mujer no dejará de lado otras facetas de su vida. La encuesta dice que un 33% reconoce que no deja espacio al ocio y un 17% dice que no le dedica tiempo a la pareja. "La pareja debe ser lo más debilitado por el exceso de exigencia y la falta de flexibilidad para asumir distintos roles", apunta Mariana Fagalde.

Tener más tiempo para completar la lista de tareas no depende de ellas: consultadas si dejarían su trabajo para tener más tiempo libre, un 63% respondió que "no puede". Ellas tienen que estar en todas.

EL DEBER DE CUMPLIR
El dilema de la mujer surge de la carencia de horas para cubrir en plenitud la maternidad, el ámbito personal, la pareja y lo profesional. "Es un problema objetivo, el tiempo no alcanza. Y en este afán de cumplir en esos cuatro ámbitos, la mujer pierde el deseo y el placer que cada uno de ellos involucre, y se centra en sólo en el deber de cumplir en estas áreas", concluyó Paula Vergara, sicóloga de la Clínica de Atención Psicológica de Facso, U. de Chile.