El frente frí­o perdió intensidad el miércoles en gran parte de Estados Unidos, los vientos disminuyeron y la temperatura subió ligeramente un dí­a después que mí­nimas récord -algunas no registradas desde hace más de un siglo- azotaron toda la costa este de Estados Unidos.

En Atlanta, donde hubo una mí­nima récord de -14°C el martes por la mañana, las fuentes se congelaron, una estrella de 61 metros de altura fue cerrada y los habitantes de las regiones sur tuvieron que sacar sus abrigos, gorros y guantes, que rara vez usan. Sin embargo, se espera que no pase mucho tiempo para que comience el descongelamiento. El pronóstico para el miércoles es soleado y con 5,5°C.

En las regiones centro-norte y este del paí­s, donde una intensa masa de aire ártico ha hecho de las suyas durante los últimos dí­as, la temperatura ascendí­a, pero se espera que no suban mucho del punto de congelación.

En Indiannapolis, Timolyn Johnson-Fitzgerald regresó a su casa después de pasar la noche en un refugio con sus tres hijos porque su apartamento se quedó sin electricidad. El agua funcionaba pero gran parte de los ví­veres que compró mientras se preparaba para la tormenta se echaron a perder.

"Los huevos se quebraron, el queso y la leche se congelaron. Y el helado se derritió y posteriormente se volvió a congelar. Es una locura, pero sólo estamos contentos de volver a casa", dijo.

El miércoles, el mercurio descendió peligrosamente desde Boston y Nueva York hasta Atlanta, Birmingham, Nashville y Little Rock, lugares donde muchas personas no tienen la menor idea de cómo lidiar con el frí­o extremo.

"No sabí­a que en el sur podí­a haber tanto frí­o", dijo Marty Williams, un desamparado de Chicago, que se refugió en una iglesia de Atlanta. "Esa fue la razón principal por la que vine desde el norte, del frí­o, para alejarme de todo eso".

Pero el frí­o resultó mortal para algunos. Las autoridades reportaron por lo menos 21 muertes relacionadas con las bajas temperaturas en todo el paí­s desde el domingo, entre ellas siete en Illinois y seis en Indiana. Por lo menos cinco personas murieron tras desplomarse mientras paleaban nieve y varias ví­ctimas fueron identificadas como desamparados que se negaron a ir a refugios o no llegaron a un lugar con calefacción lo suficientemente rápido para salvarse del frí­o.