Pakistán rechazó las críticas de Estados Unidos sobre el conocimiento del servicio secreto de ese país del lugar donde se escondía el líder de Al Qaeda, Osama bin Laden, y que murió el pasado 1 de mayo en un operativo estadounidense en la localidad de Abbottabad.

Las sospechas recayeron en la agencia de Inter Servicios de Inteligencia (ISI) de Pakistán, que tiene una larga historia de contactos con grupos militantes, y algunos creen que el organismo pudo haber tenido lazos con el líder de Al Qaeda, o al menos con alguno de sus agentes.

Pakistán ha desestimado tales sugerencias y dice que ha pagado un alto precio en vidas y dinero para apoyar la guerra de Estados Unidos contra la insurgencia islámica, lanzada tras los ataques del 11 de septiembre del 2001.

El embajador de Pakistán en Estados Unidos, Husain Haqqani, dijo al programa "This Week" de ABC que su gobierno actuaría con los resultados de la investigación.

"Y rodarán cabezas, una vez haya terminado la investigación. Ahora, si esas cabezas corren por su incompetencia, compartiremos esa información con ustedes. Y si, con el perdón de Dios, se descubre la complicidad de alguien, habrá tolerancia cero para eso", indicó.

Por su parte, Estados Unidos ha decidido bajar la presión sobre Pakistán. El asesor de Seguridad Interior de Estados Unidos, Tom Donilon, dijo que aunque la residencia de Bin Laden "debe ser investigada", no existe nada que sugiera que el gobierno o el sistema de seguridad estuviera enterado de que estaba ahí.

"Puedo decir directamente que no he visto evidencia que nos diga que la cúpula política, militar o de inteligencia tuviera conocimiento del paradero de Bin Laden", dijo Tom Donilon al programa "Meet The Press" de la cadena NBC.