En momentos en que el Comité de Ministros define el futuro del proyecto HidroAysén, de las generadoras Endesa y Colbún, fue dada a conocer una carta enviada por el presidente de Endesa, Jorge Rosenblut, a autoridades y actores de la industria eléctrica en la que llama a recuperar el aporte de la hidroelectricidad en la matriz energética.

En el documento el ejecutivo valora el hecho de que la Agenda de Energía del gobierno plantee como eje el desarrollo de recursos propios, "lo que hace de la autosuficiencia energética, a partir de recursos locales, abundantes limpios y sustentables, un imperativo para que el país no quede rezagado frente a los decididos avances de otros países de la región, que han apostado y siguen apostando por desarrollar sus recursos propios".

Agrega que estos países tienen actualmente niveles de autoabastecimiento que en algunos casos (Brasil, Perú y Colombia) superán el 90%, mientras que en Chile sólo llegan a 30% y 35%.

Precisa que en Brasil, "los números muestran que, durante 2013, se abasteció casi en un 90% con electricidad generada a partir de recursos energéticos locales, competitivos y limpios. De esta cifra, 79% de lo que generó fue a base de hidroelectricidad, correspondiendo el resto a gas natural local".

En Colombia, en tanto, "la autosuficiencia de esta nación alcanzó a más de 95%,  puesto que un 67% de la electricidad generada lo hizo a partir de sus recursos hidroeléctricos, mientras que el resto correspondió a electricidad generada a base de carbón producido en el país. Y Perú fue "otra de las naciones que nos superó largamente en materia de autosuficiencia en 2013. Las cifras muestran que más del 95% de la electricidad generada en el país fue a base de recursos energéticos locales. Así, un 52% correspondió a generación hídrica, a lo que se suma 43% de generación basada en gas natural local", señala la carta.

El documento agrega que "la conclusión es que Chile se está quedando atrás en esta materia. Por lo que la tarea es la de aprovechar nuestros recursos energéticos locales y abundantes, permitiendo así que Chile se blinde de los vaivenes en los precios de los combustibles fósiles importados y de las disrupciones políticas y económicas que frecuentemente los impactan, y permitiendo también contar con energía a precios competitivos y lograr que la matriz sea más limpia y sustentable. Es lo que denomino el camino de la autosuficiencia competitiva y sustentable".

Añade que para avanzar hacia la autosuficiencia "resulta imprescindible recuperar el nivel de aportes hidroeléctricos que alguna vez tuvimos, ya que la presencia de este tipo de generación ha venido cayendo consistentemente en el tiempo. Así, en el mismo período (2013), veremos que sólo entre un 30% y 35% de la electricidad generada en el país se hizo a partir de recursos energéticos locales. Esta cifra incluye el 28% de generación hidroeléctrica, y entre 3% a 5% que estuvo basado en Energías Renovables no Convencionales, como la eólica y solar. Los dos tercios restantes corresponden a generación a partir de combustibles fósiles importados".

De este modo, indica para el país la autosuficiencia se convierte en un asunto clave "en materia de seguridad y vulnerabilidad económica y social", al verse más dependiente de combustibles fósiles importados, más caros y más contaminantes.

Es por ello que Rosenblut aboga por el pleno desarrollo de la hidroelectricidad, la que "representa, según la Agenda de Energía, un potencial de alrededor de 10.000 MW entre las cuencas del Aconcagua y Puelo y otros 6.000 MW en la región de Aysén".

Así, "la autosuficiencia a la que puede acceder Chile es de las más ventajosas, toda vez que ella se basaría en recursos renovables, limpios, muy abundantes en el país, y por cierto, muy competitivos por lo que darle la espalda a estos recursos sería una omisión que el país no se merece".

Y es esto lo que le "otorga a la autosuficiencia energética la entidad y mérito suficientes como para ser considerada el octavo eje de dicha Agenda", finaliza la carta.