Eran pasadas las siete de la tarde del 4 de septiembre de 1984. El sacerdote Pierre Dubois Desvignes (78) dice que tiene esa fecha marcada en su memoria como la más importante de sus 46 años en Chile: fue el día en que encontró muerto al religioso André Jarlán sobre su escritorio de la casa parroquial de la población La Victoria, durante una jornada de protesta. Jarlán recibió un disparo en el cuello. Dubois guarda la fotografía de ese momento en un lugar central de su casa.

A 25 años de la muerte de Jarlán, Dubois, de origen francés, prepara su regreso a la población. "Volveré como un vecino más. Ir a vivir a La Victoria es un acto marcado por André y por eso me quedo ahí. Quiero mostrar la continuidad de su legado. Su presencia allí es invisible, pero real", cuenta el religioso, quien sufre el mal de Parkinson. A causa de esta enfermedad se jubilará próximamente. "Viviré un apostolado de acercamiento, de conversación con la gente y de lectura", dice.

El "padre Pierre" -como lo conocen en La Victoria-, es un sacerdote que forma parte del Movimiento Obrero de Acción Católica. "Evangelizar al mundo obrero es evangelizar a una cultura especial. No es que la gente pobre se acerque a la Iglesia, sino que la Iglesia se acerca a ellos. La idea es que los conozcamos desde dentro, para sentir sus valores", explica.

TRABAJO
Dubois llegó a Chile en 1963, pero sus años más intensos los tuvo en el sector sur de Santiago, durante las protestas contra el régimen militar en los 80. "Pensé que moriría yo en lugar de André. Lo esperaba, porque en la población la situación estaba muy radicalizada", recuerda. Dubois y Jarlán trabajaban con los pobladores para evitar hechos violentos y ayudar a la organización vecinal.

LOS PROBLEMAS DE HOY
Sin embargo, Dubois dice que el barrio al que volverá es distinto al que conoció en los años ochenta. "En la población la unión hoy va y viene. Es difícil mantenerla, debido al culto al dinero que existe. La gente antes no se vendía tan fácil con la droga. Una dirigente contaba el año pasado que la droga no había entrado en su sector debido a la organización. Eso se puede hacer también a través de un centro cultural  y organizándose como vecinos", añade.
El religioso francés asegura que se debe volver al espíritu del pasado, para lo que retomará su trabajo con los vecinos. "Recuerdo la campaña de un vaso de leche para cada niño. Eso ayudó a que las madres se organizaran", dice Dubois, quien promovió este trabajo junto a dirigentas como Claudina Núñez (PC), hoy alcaldesa de Pedro Aguirre Cerda.

La jefa comunal sostiene que "la llegada de Pierre nos tiene muy contentos. El es una autoridad moral, al igual que el padre Jarlán", sostiene. Asegura que su regreso es "justo", debido a que fue exiliado en 1986. "Cuando volvió a Chile, nunca más se le permitió volver (a la parroquia)", dice.

Otra de las dirigentas y futura vecina del sacerdote, la concejala Gloria Rodríguez (PC), sostiene que el trabajo del religioso fue "fundamental en la lucha por los Derechos Humanos".
El domingo pasado se le realizó una misa en la parroquia Nuestra Señora de La Victoria y ayer se preparaba una velatón en la población en recuerdo de Jarlán.