Grecia llega a los comicios anticipados de hoy tras un lustro de penurias. El país ha experimentado el mayor ajuste económico de una nación europea en tiempos de paz, que tiene a sus habitantes con el mismo nivel de vida que registraban sus padres en los 80. Las condiciones impuestas por la troika -formada por la Comisión Europea, el Banco Central Europeo y el FMI- a cambio de los 240.000 millones de euros concedidos en dos rescates para evitar la quiebra del Estado han generado más deuda, más desempleo y más pobreza, argumentan sus detractores. Un desencanto que podría convertir a los griegos en los primeros europeos que rechacen en las urnas el ajuste impuesto al sur del continente y que tiene en el euroescéptico Syriza (Coalición de Izquierda Radical) de Alexis Tsipras, como principal favorito.

"La gente está cansada. Harta de la crisis y de los efectos de la austeridad. Todo el mundo tiene un amigo que ha perdido el trabajo, o un familiar que necesita apoyo económico". Este es uno de los testimonios recogidos por la periodista del diario español El País Mariangela Paone en su libro Las cuatro estaciones de Atenas (2014), que ofrece un desolador panorama de los efectos de la crisis griega, las duras políticas de ajuste y el fin de su Estado de Bienestar.

Grecia, con un 25,9% de desempleo, una deuda pública del 175% del PIB y un 35,7% de su población en riesgo de caer en la pobreza, fue desde el 2009 el "conejillo de indias" que experimentó la receta de Berlín y Bruselas, que después se aplicó en otras naciones europeas, tras el descontrolado aumento de su deuda pública.

"La austeridad ha fracasado, no hay ninguna razón lógica para continuar con una medicina que propaga la metástasis", declaró Tsipras en un artículo en el Financial Times.

El líder de Syriza pretende dar marcha atrás con parte de las políticas de austeridad impuestas a Grecia por la troika y lograr una reducción de la deuda griega, que está en un 70% en manos de sus socios europeos. La elección de un nuevo gobierno en un país que representa solo el 2% de la economía de la Eurozona es casi un referendo sobre la política económica europea, sostienen los analistas.

Por su parte, la directora gerente del FMI, Christine Lagarde, ya advirtió a Atenas que habría "consecuencias" de producirse una reestructuración de la deuda pública, tal y como defiende la formación de Tsipras.

"Una mayoría absoluta de Syriza traerá consigo la autonomía de Grecia en Europa. Necesitamos la mayoría absoluta para asegurar la salvación social y para restaurar la dignidad", dijo el dirigente de Syriza en el cierre de su campaña, celebrado el jueves en la plaza Omonia de Atenas con la presencia del líder del español Podemos, Pablo Iglesias, y el presidente del Partido alemán La Izquierda, Bernd Riexinger.

Los sondeos son unánimes: el partido de Tsipras se impondría, por delante de la Nueva Democracia del actual primer ministro conservador Andonis Samaras, en el poder desde 2012 y que ha llevado a cabo impopulares reformas como parte del rescate de la Unión Europea y el FMI. Según las encuestas, la distancia entre ambos iba de los dos puntos el jueves (32% frente al 30,1%, según el Instituto Metrisi) a casi 10 (30,2% frente al 20,3%, según Palmos Analysis)

Tsipras advirtió que no tiene intención de formar gobierno "con los emisarios del Memorándum" (firmado por los socialistas del Pasok y Nueva Democracia con la troika para obtener el rescate). "No negociaré con fuerzas que llevaron a mi país a la catástrofe", aseguró. También pasó por alto la cuestión aún no resuelta de con quién buscará alianzas para obtener una mayoría absoluta en el Parlamento.

Eso sí, Tsipras no ha dejado de lanzar mensajes conciliadores a Europa. A través del Financial Times aseguró que "un gobierno de Syriza respetará las obligaciones de Grecia". "Grecia puede ajustar sus cuentas sin matar la democracia", prometió. Hace unas semanas la revista alemana Der Spiegel afirmó que Berlín veía como "inevitable" una salida de Grecia del euro en caso de un triunfo de Syriza.

Una opción que relativiza Holger Schmieding, analista del banco alemán Berenberg. "Syriza moderó levemente su tono, lo que sugiere que al menos hay una oportunidad de que Grecia no salga del euro si llega al poder", indicó. "Lo de la salida del euro es un mito de Berlín o Bruselas", asegura el responsable de Asuntos Externos del partido, Kostas Isychos.

En todo caso, para Tsipras el sur de Europa debe marcar el camino que luego habrían de seguir tanto España como el resto de países de la Eurozona. "Syriza será un dominó en el resto de Europa", vaticina Isychos.