Centenares de uruguayos participaron en la primera Marcha Mundial de la Marihuana Regulada, una fiesta que incluyó música, tortas fritas -la comida predilecta de los uruguayos en eventos públicos- y mucha marihuana en varios formatos para celebrar la reciente legalización de su compraventa y cultivo en el país.
Hombres y mujeres de todas las edades, además de numerosos niños, acudieron al llamado del Movimiento por la Liberación del Cannabis para pedir por la legalización de la marihuana en todo el mundo con la paradoja de festejar al mismo tiempo la libertad obtenida por esta droga en el país.
El encuentro, que arrancó a primera hora de la tarde y que tenía previsto prolongarse hasta bien entrada la noche de Montevideo, sirvió para que consumidores, activistas o simples curiosos festejaran también la regulación de la norma.
Esta regulación, hecha pública ayer por el Gobierno, establece las pautas de funcionamiento de la Ley de Regulación de la Marihuana, aprobada a finales del año pasado y única en el mundo al poner en manos del Estado el mercado de esta droga.
Según se anunció ayer, Uruguay producirá hasta 22 toneladas al año de marihuana para su uso recreativo, que venderá en farmacias a no más de un dólar el gramo y que tendrá limitaciones de uso en la vida pública similares al alcohol y al tabaco.
El presidente y el secretario general de la Junta Nacional de Drogas (JND), Diego Cánepa y Julio Calzada, presentaron en rueda de prensa esta regulación, que entrará en vigor formalmente el próximo martes, y que establece la creación de un Instituto de Regulación y Control del Cannabis (IRCA), que será el encargado de controlar en todos sus aspectos el mercado y la producción de marihuana.
Pese a que la regulación aún no está en vigor y faltarán varios meses para que su articulado esté a pleno funcionamiento, los asistentes a la marcha exhibieron y compartieron con total libertad su preciada marihuana, cuyo consumo es legal en el país desde hace cuarenta años, como la primera "liberada" de su historia.