La sensación de desigualdad ante la ley y el aprovechamiento de algunas instituciones públicas ha provocado en la gente un exacerbado deseo de sangre. Deseamos (me incluyo) ver rodar cabezas y enjuiciamientos públicos, rápidos y severos. Tanto mejor si al personaje en cuestión le tenemos algunas "yayitas" guardadas. Lo concreto es que de eso hemos visto poco y nada porque "hay que dejar que las instituciones funcionen" y bien sabemos cómo funcionan. En el deporte, y en el fútbol específicamente, esta realidad no es tan ajena. Cuando un equipo no funciona los hinchas se agrupan y vociferan exigiendo la cabeza del DT, del presidente y de uno que otro futbolista. Es normal. Lo grave sucede cuando los que toman las decisiones lo hacen al ritmo de la galería y no de los proyectos.

La noche del viernes se supo de la amistosa salida de Óscar Meneses de la gerencia deportiva de Colo Colo ¿La razón? La supuesta desidia del hombre en cuestión para acelerar la llegada del CTI de Jorge Valdivia. Eso entre otras cosas. Los constantes roces con Pablo Guede y el incontrolable deseo de Aníbal Mosa de hablar más de la cuenta, sumaron ingredientes para detonar la salida. La pregunta que cabe hacerse entonces es: ¿quién lidera el proyecto deportivo de Colo Colo? Peor aún ¿Existe acaso tal proyecto?

En el torneo anterior, su presidente aseguró que quería que Guede fuera el encargado de encabezar dicha tarea. Craso error. Los entrenadores son ejecutantes y quienes traspasan a la cancha la idea primaria, mientras los gerentes deportivos (Óscar Meneses, Tati Buljubasich, Ronald Fuentes) son quienes diseñan el plan estratégico del club. Si por cualquier razón Pablo Guede deja la banca de Colo Colo (resultados, conflictos, etcétera), ¿se acaba el proyecto?

En una situación absolutamente exagerada por los medios de comunicación (de los cuales soy parte) se tomó la derrota frente a La Serena como el inicio de una crisis, o la continuación de la anterior. Un partido detonó todo esto. Una derrota bastó para que muchos hinchas volvieran a pedir la cabeza de Guede (quien no es santo de mi devoción) en bandeja de plata. La hinchada pidió y el directorio otorgó. La cabeza de Oscar Meneses será el calmante momentáneo para saciar la sed.

Eso vale el proyecto deportivo albo. Una CTI atrasado y una pinche derrota.