LA ENTREVISTA que le hizo Marisol Olivares a Reinaldo Vallejo (12/02/2012) es calificada por Angela Daneri como "notable" pues, en su opinión, "se dejó hablar al entrevistado, y no como ocurre generalmente con los periodistas, que quieren ser los actores principales, tanto por sus extensas preguntas, que a veces no dicen mucho, como por sus larguísimas introducciones". Destaca también la fotografía principal del padre de Camila Vallejo, que ilustra el texto, y espera que vengan muchos más relatos de esa índole.

A propósito de la vicepresidenta de la Fech, el español Ignacio Aréchaga escribió una columna con el título "Camila Vallejo, tan joven, tan vieja". La define como "vieja" porque "en todos los temas clásicos de la izquierda, sus respuestas son de manual". No viene al caso entrar a sopesar el discurso de la líder estudiantil, sino destacar el uso de la palabra "vieja", que tiene diversas acepciones; en este caso, aplicada como "que no es reciente ni nuevo", pero también se dice "de la persona de edad. Comúnmente puede entenderse que es vieja la que cumplió 70 años".

Como el "viejo/ja" es empleado despectivamente, y por idiosincrasia recurrimos a eufemismos o manifestaciones suaves o decorosas de ideas, cuya recta y franca expresión sería dura o malsonante, en la columna "Nostalgias tranviarias" (05/02/2012) se recurrió a la voz "anciano" para mencionar a aquellos que conocieron ese medio de transporte. Sin embargo, el lector Hernán Velásquez comenta, "a mí, en lo particular, no me afecta el tratamiento de anciano que da en su artículo, pero creo que por la pretensión de muchos lectores(as) actuales, no le agrada este apelativo". Por lo tanto sugiere emplear "veterano", porque puede ser un muchacho de 18 o 19 años que participó en una guerra, un veterano deportista, o un veterano político.

Según el diccionario, anciano se dice de una persona de mucha edad; y veterano, de un militar que ha prestado servicio mucho tiempo, o que ha desempeñado durante un extenso lapso cualquier profesión u oficio, o está experimentado en un ejercicio, situación o actividad. Y sólo en tercer término, es dicho de una persona de edad madura.

De allí  que en el texto citado se consideró más apropiado recurrir a la voz "anciano", lo que  a muchos incomoda, como reconoce Hernán Velásquez.

La raíz de esa incomodidad se encuentra en lo que comentaba  Octavio Paz en uno de sus artículos, al hacer un análisis del cambio cultural ocurrido en los lejanos años 60, cuando la insurgencia moral de los jóvenes trajo un cambio en las costumbres, y el progresivo desgaste de la noción de autoridad, sea la gubernamental o la paternal.

Agregaba el Premio Nobel: "las generaciones anteriores habían conocido el culto al padre terrible, adorado y temido: Stalin, Hitler, Churchill, De Gaulle. En la década de los 60, una figura ambigua, alternativamente colérica y orgiástica (los Hijos), desplazó a la del Padre Saturnino. Pasamos de la glorificación del viejo solitario, a la exaltación de la tribu juvenil". En los ciclos propios de la sociedad, hoy la tribu juvenil impone sus reglas y demandas, aunque carezcan de originalidad; y por su lado, ancianos, viejos y veteranos quieren no sólo ser, sino parecer jóvenes, con lo que se asiste, a menudo, a aspectos y actitudes patéticas. Hay que envejecer con dignidad, como destacaba de Karol Wojtyla, Joaquín Alliende.

En esto del lenguaje, uno de los titulares de la portada del cuerpo Negocios (12/02/2012) dice ""Mineras planean inversiones… en plantas desaladoras". Esta última palabra, precisa Jaime Valdebenito Alcócer, no existe, y la que debió emplearse es "desalinizadoras", que deriva del verbo "Desalinizar (quitar la sal del agua del mar o de las aguas salobres, para hacerlas potables o útiles para otros fines"). Sin embargo, el diccionario reconoce "desalar" como sacar la sal a algo.

El editor general agrega que los términos desaladoras o desalinizadoras son empleados, indistintamente, por la industria nacional e internacional, así como por las autoridades del sector, y hasta complejos industriales existentes en el país tienen grandes carteles en sus instalaciones con la palabra "desaladora".

También Alberto Lehyt Molina llama la atención del titulo "Experto del NOAA y muertes" (12/02/2012). Si bien la situación no es para juegos, podría prestarse para leer que, además de experto de NOAA, lo es también de muertes. Dice además que "lamó" no es lo  mismo que llamó, ni "realice" que "realicé", y cita las frases que en la página 3 de esa edición aparecen con errores.

Arturo Navarro afirma categórico: "¡Qué mala es la información en internet del grupo Copesa! Qué Pasa está un año atrasada, Cultura de La Tercera comienza con una noticia de hace un mes, las noticias en el iPhone son escasas y desactualizadas". Y pregunta: "¿Será para que extrañemos en vacaciones la edición impresa?".

El director de contenidos digitales de Copesa lamenta que el lector no respalde sus argumentos. Reconoce que algunas de las aplicaciones tienen problemas y se está trabajando para mejorarlas. Pero Qué Pasa, dice, actualiza cada viernes sus contenidos, y Cultura se renueva a diario junto con los contenidos del diario. Se trabaja en un nuevo proyecto que aspira acompañar mejor a los lectores y a ampliar la audiencia. Agrega que "la web nos exige ir cambiando y atendiendo a nuestros lectores, y esperamos lograr auditores interesados y activos, con quienes podamos interactuar positivamente para ir mejorando nuestro trabajo. El desafío es mayor, pero los lectores lo apreciarán".