SEÑOR DIRECTOR:

Acertadamente el Presidente de la República ha señalado que “con el nombre de Chile no se juega”, en relación a la marginación del país para el Mundial de Fútbol de 2030.

A lo indicado por el primer mandatario corresponde agregar que tampoco se juega con las personas que habitan el país, sus emblemas y tradiciones, así como con las expectativas de las mismas. Por cierto, esto último no es precisamente para la FIFA, sino que para muchos de nuestros mismos conciudadanos.

Daniel Burgos Bravo