SEÑOR DIRECTOR:

Recientemente, ante una ciudadanía atemorizada y obligada a guardarse su indignación, la delincuencia “ajustició” a un honrado ciudadano que en un vehículo de la locomoción le puso trabas a su labor diaria. Así, la delincuencia nos ha notificado con la mayor claridad, entendible aún para el individuo de menos luces, que no tolerará intromisiones ni acción alguna que perjudique sus intereses.

La delincuencia ya ha hablado claramente, ¿cuándo hablarán nuestras autoridades?

Francisco Sánchez Guzmán