“Mi señora tenía un embarazo que nos había costado mucho. Estábamos en el segundo trimestre. Pero el martes pasado tuvo un sangrado feo y la guaguita perdió el latido, se quedó sin líquido amniótico. Tuvimos que quedarnos un par de días en la clínica. Super agradecida de la atención que recibimos, sin embargo, todo el tiempo me llamó la atención que los documentos dicen “madre y padre”. Todavía”, cuenta Isabel Amor, Directora ejecutiva de Fundación Iguales.

Esta experiencia personal que vivieron Isabel y su señora, coincidió con el primer aniversario de la promulgación de la ley 21.400, o también conocida como Ley de Matrimonio Igualitario. “El viernes pasado fue el primer día que salí de la clínica, justamente para buscar una serie de papeles que me pidieron. Cuando entré al Registro Civil, tan pronto como me preguntaron a qué venía, me puse a llorar. De ahí en adelante hablé muy poco. Y es que es muy difícil, al principio sobre todo, verbalizar que vienes a buscar los documentos para incinerar a tu hijita. Es imposible decirlo sin llorar y de a poco se va avanzando en ese camino”, confiesa.

Fue una funcionaria del Registro Civil la que tomó el caso. La atendió amablemente, pero cuando empezaron a llenar el documento, apareció un error: ambas casillas –madre y padre– no pueden ser llenadas con el nombre de una mujer. “Yo, entre mi pena, le dije que sí se puede, que conozco la Ley; peleé cada coma de ese documento. Al final me tuvieron que hacer un papel a mano para que saliera con algo”, cuenta. Y agrega: “Después de una ruta de harto esfuerzo porque este tipo de cosas no le pasen a nadie, lo hablé con mi señora y decidimos hacerlo público. En nuestro caso las autoridades reaccionaron rápidamente, pero lo que les pedimos es que este caso sirviera para saber que hay un problema y que la solución tiene que ser para todos y todas; que a ninguna familia que esté pasando por algo como lo que pasamos en mi familia, más encima se le sume un problema de orden administrativo”.

¿Cuál es ese problema? ¿Por qué no se ha implementado correctamente la Ley?

El problema es orgánico. He llegado a esa reflexión. Nadie se ha hecho cargo realmente de implementar la Ley de Matrimonio Igualitario. Queda la sensación de que es una ley de matrimonio distinta al de matrimonio civil y que tiene que ver únicamente con que la gente se casa. Pero ese es un punto. Otro es, por ejemplo, lo de la filiación, que está incluido en el documento que peleamos en el Congreso. El problema es que nadie se ha hecho cargo de implementar esto realmente. Nosotros vamos al Registro Civil, pero lo cierto es que los documentos del Ministerio de Salud están igual de mal, o los del Ministerio de Educación.

La Ley dice: de aquí en más, en vez de padre y madre se debe hablar de progenitores. Pero no ha habido una revisión transversal de cómo se aplica esta normativa. Y en este momento, la cantidad de problemas son variadisimos. Desde un registro que dice el nombre del padre y sale una mujer; hasta gente casada en un regmen patrimonial que no es aplicable a un matrimonio por parte de parejas del mismo sexo. Hace poco conocimos el caso de una pareja casada en sociedad conyugal, que por definición es una forma en que el hombre de la relación es quien administra la sociedad, pero si son dos mujeres, ¿quién administra? Uno se pregunta ¿esta gente está válidamente casada o el régimen que eligieron invalida su matrimonio?

CUENTOS QUE CREAN REALIDAD

Este mes es en el marco del primer aniversario de la aprobación de la Ley 21.400, Fundación Iguales lanzará un libro de cuentos para niños basado en las historias de familias, escrito por distintos escritores y con ilustraciones de Gabriel Ebensperger. El libro se llama ‘Familias Iguales’ y tiene por objetivo sensibilizar por medio del relato de padres e hijos. “Durante este tiempo, desde que se promulgó la Ley quisimos armar un grupo de familias que apoyaran el proceso legislativo y que pudieran contar su vida: así son mis hijos, estos son mis problemas. Y es que todo finalmente tiene que ver con la protección de la vida familiar y la importancia de ella”, dice Isabel.

Humanizar una ley…

Eso. El trabajo con este grupo de familias nos hizo muy evidente que una cosa es hablar sobre los derechos de la diversidad sexual y otra cuestión es decir, esta es una familia, como cualquiera. Y estos son sus hijos y lo que necesitan. De hecho cuando estábamos a punto de promulgar la Ley, a una de las mamás del grupo le diagnosticaron cáncer. Esa mamá no tenía ningún derecho sobre su hija y por tanto su hija tampoco en relación a ella. Si las cosas hubiesen salido mal con esa familia, la hija no queda con nada de lo que es de su mamá, aunque le corresponde hereditariamente. Ese tipo de cosas las hemos podido ir solucionando con un trabajo que ha sido muy bonito. Personalmente me pasa que cada niña o niño que tiene todos sus derechos, me llena de esperanza. Porque estos niños que estamos conociendo no son los primeros hijos de parejas homosexuales en Chile, lo que sí son, los primeros en tener todos sus derechos. Porque no estamos hablando solo de los derechos de los adultos. Y en Chile tenemos el principio del interés superior del niño y por tanto como sociedad nos debemos hacer cargo de otorgar todo lo que sea necesario para que ese interés esté velado. Y eso también ocurre cuando tienes dos papás o dos mamás.

¿Por eso quisieron hacer este libro con historias de niños y niñas y pensado para ellos?

En Chile la narrativa es bien importante. Y de alguna manera se ha hecho mucho debate en relación a qué van a leer los niños y niñas. Por eso hicimos este libro que está pensado para que lo lean los niños chicos y los no tanto; que lo lean los papás y mamás con ellos, cuando los están acostando, quienes tienen la suerte de hacerlo. Tiene personajes ficticios, pero inspirados en personas reales. Cada niño que tiene una aventura en el cuento, es un niño chileno que existe; y cada mamá y papá que aconseja a este niño para superar una aventura, que le va a enseñar sobre la solidaridad, sobre el respeto, es un papá o mamá que existe y que ha sido parte del proceso para el matrimonio universal y para los derechos de los niño sean todos iguales.

¿Crees que poner foco en la niñez permite entender de mejor manera la importancia de esta ley?

Muchas veces la diversidad de género se ve como algo externo, la ven lejana, como un tema exclusivo de un grupo de adultos. Pero no es así. Cada una de las personas que participaron en el libro es parte de una familia, tiene hermanos, tíos, padres, hijos. Situar en ese contexto el relato y decir que son familias reales, con parejas del mismo sexo y con hijos reales, creemos que es fundamental porque es parte de la realidad chilena.

Bueno y también porque con esto podemos ayudar a miles de madres y padres que quieren contarles a sus hijos que existen otras realidades, que las personas son diversas y no tienen con qué apoyarse. Este libro es un apoyo para que la conversación se instale desde chicos y desde el núcleo más íntimo, y es una demostración clara de que en Fundación Iguales creemos en el derecho preferente de los padres y madres a la crianza de sus hijos. Y también creemos que hay edades para saber cosas, un niño chico no necesita saber tanto de sexualidad sino que de afectividad y respeto, y de esto va este libro: cuenta sobre la existencia de estas familias, de estas personas.

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