Quienes jugamos videojuegos, sabemos que existe un momento clave durante la experiencia. Cuando los controles, el entorno e incluso los enemigos comienzan a hacerse familiares. Es el zenit de una curva de aprendizaje que recompensa las horas de juego del usuario —el entrenamiento, digamos— con un flujo acaso gratificante que permite apreciar el juego en otra dimensión: sus paletas de colores, su dirección de arte, sus detalles escénicos. Es ahí cuando el juego pasa a ser una experiencia relajante.

Ahora, claro, eso no siempre se puede lograr. Para llegar a ese punto muchas veces hay que dedicar —sacrificar, a veces—muchas horas de juego. En general esto ocurre con juegos de rol o mundo abierto, pero la oferta es muchísimo más variada: existen otro tipo de videojuegos, acaso más sencillos y menos complejos en sus mecánicas, que están diseñados para un público más casual, es decir, una audiencia (no menor) que más que necesitar un desafío busca un escapismo, botar tensiones, lograr fácilmente algún tipo de gratificación.

Este tipo de juegos tuvo un boom particular hace más de una década —cuando de golpe llegó la Wii de Nintendo—, secundado por los videojuegos que se hicieron populares en las primeras generaciones de smartphones (recordemos el Angry Birds, por ejemplo), y luego por esos pequeños títulos para redes sociales —que aparecieron de sopetón—, como fue el caso de Candy Crush o Farmville, por citar un algunos. Y vaya que fueron un éxito ayudando a desprenderse del estrés y, generando, por otro lado, connotación social en sus jugadores.

Es cierto que la violencia vende y si un videojuego propone armas, explosiones y la posibilidad para el usuario de sentirse como un héroe tipo Rambo, pues está bien y no hay nada de malo en ello. Pero si la idea es sumergirse en una experiencia más relajada, quizás con un acento en lo narrativo o en la sencillez, que permita entretenerse, botar tensiones y, al mismo tiempo, lograr algo de calma interior, acá van entonces algunas sugerencias de juegos chill out para todos los gustos y plataformas.

Journey (thatgamecompany, 2012)

El estudio californiano thatgamecompany ya había sorprendido el 2009 con un inusual y hermoso título desarrollado de manera exclusiva para la PlayStation 3. Tenía el sencillo nombre de Flower, y su fin, antes que entretener, según sus creadores, era generar sensaciones positivas en los jugadores. Linda misión. Así, el objetivo del juego es guiar pétalos de flores a través del viento. Eso era todo. Muy zen.

Algunos años después, el 2012, el estudio creó Journey, esta vez para múltiples plataformas. La experiencia es similar, pero en un tono más de aventura. La meta es guiar a una abstracta figura en túnicas a través de un vasto desierto. Sin palabras, el juego invita a la exploración, a interactuar con otros personajes y a llegar a una lejana montaña que se ve en lontananza. Journey presenta un ritmo único, reflexivo y placentero, acentuado principalmente por la música del juego, que es esencial. Considerado en su momento como “juego del año” por múltiples publicaciones, Journey hace muy poco estuvo gratis para usuarios de PlayStation por ser exclusivo de esa plataforma. Hermoso, emocional y relajante título. Muy recomendado. (Parecido, pero ambientado bajo el mar, está también el muy agradable Abzû).

$6.800 enPlayStation Store

Firewatch (Campo Santo, 2016)

Firewatch es un buen ejemplo para usuarios quizás un poco más adultos. Se basa en una emotiva aventura existencial en primera persona, en la que un hombre de mediana edad decide dejar atrás su vida para convertirse en un guardabosques. Al poco tiempo, extraños sucesos comienzan a ocurrir y será Delilah, su jefa y contraparte —con quien se comunica a través de un walkie-talkie—, quien lo guiará en sus distintas misiones para develar el misterio.

Siendo sinceros, el juego guarda unas leves cuotas de tristeza y suspenso light en su arco dramático, pero no lo suficiente para estresar al jugador. Muy por el contrario: gracias a sus hermosos entornos boscosos, sus punzantes diálogos y a una detallada dirección de arte, Firewatch funciona como una especie de walking simulator, donde no hay explosiones, villanos ni violencia. Solo está la curiosidad del jugador y un gran bosque a descubrir. Está disponible para Windows, macOS y para todas las consolas.

$7.700 enSteam
$15.700 enPlayStation Store

Untititled Goose Game (House House, 2019)

Este curioso juego, desarrollado por cuatro personas de un pequeño estudio independiente australiano, tiene nada menos que a un ganso como protagonista principal. En realidad, el juego —cuyo título (Juego del ganso sin nombre, en inglés) es real— busca ser una especie de puzzle urbano con elementos de sigilo (o stealth), donde nuestro héroe, que actúa como un verdadero ganso, debe molestar a los habitantes de un idílico pueblo inglés con el fin de realizar las distintos objetivos.

La gracia de Untitled Goose Game es que funciona justamente a partir de una mecánica de relajo. En ese sentido, no exige más de lo que un ganso puede hacer: graznar, aletear, correr y agarrar cosas con su pico. Es un juego sencillo y definitivamente cómico y, por ese lado, relaja más de lo que uno se podría imaginar. Y por cierto, no hay una gota de violencia de por medio por parte del ganso ni los habitantes del pueblo. Está disponible para Xbox One, PlayStation 4, Nintendo Switch, PC y macOS. (Similar en onda, un juego parecido es el más loco Goat Simulator).

$8.600 enEpic Games
$18.000 enPlayStation Store

Stardew Valley (ConcernedApe, 2016)

Un simpático juego de rol y simulación de aires retro, que pone al jugador en los zapatos de una protagonista que, cansada de la vida urbana, decide retirarse con camas y petacas al campo semi abandonado de su abuelo. El juego es un mundo abierto donde el usuario puede realizar las tareas que más le parezcan convenientes, desde criar ganado y cosechar frutas y verduras, hasta sociabilizar con la gente del pueblo. Incluso, es posible casarse y tener hijos. Es una especie de variación al clásico The Sims, pero un clave rural y muchísimo más relajada y casual.

Stardew Valley fue concebido por una sola persona, quien se inspiró justamente en la clásica saga Harvest Moon, de Nintendo. A la larga, le sumó muchas otras características más y el juego, al momento de lanzarse, fue un éxito tanto de crítica como de ventas. De hecho, a la fecha lleva más de 10 millones de copias vendidas. Lo mejor es que está disponible para todas las consolas y sistemas operativos, incluyendo móviles.

$5.500 enPlayStation Store
$9.900 enMicrosoft Store

Katamari Damacy Reroll (Bandai Namco, 2018)

La saga de juegos Katamari, creada por Keita Takahashi el 2004 para la PlayStation 2, es una de las más surrealistas, divertidas, raras y fascinantes de las últimas décadas. Katamari se podría traducir del japonés como “montón”, y ese es el objetivo del juego: crear bolas de cosas. “Montones” de cosas.

La historia es un tema aparte, pero, en resumen, el jugador encarna a un príncipe que, por orden del Rey del Cosmos, su padre, debe devolver las estrellas y planetas del universo. La única forma de hacerlo es creando katamaris a partir de objetos comunes y corrientes, hasta alcanzar un determinado tamaño. Suena raro y lo es. Pero también la experiencia es hipnótica y altamente relajante.

El jugador debe hacer rodar una pelota en donde se van pegando objetos de todo tipo. Como resultado, la pelota va creciendo. Al principio son cosas pequeñas: alfileres, dulces, monedas, etc. Pero eventualmente, se pueden pegar a ella vehículos, casas, gente y hasta montañas. Todo sazonado con una estética cubista única y una pegajosísima banda sonora pop. La última versión del juego, el Katamari Damacy Reroll, que es una remasterización del juego original, está disponible para PC y Nintendo Switch, pero hay versiones anteriores para dispositivos móviles.

$23.500 enNintendo
$20.000 enSteam

Bonus Track: los clásicos de PopCap Games

Hay muchos juegos más, está claro. Pero hay clásicos que nunca mueren. Algunos títulos pueden parecer algo añejos, pero su fórmula sigue funcionando perfectamente. Así, títulos emblemáticos como Bejeweled (que salió mucho antes que el Candy Crush), el eterno Peggle, Zuma o el siempre divertido Plants vs. Zombies también son una buena sugerencia. Todos los títulos fueron desarrollados por la norteamericana PopCap Games —hoy propiedad de Electronic Arts— y todavía están disponibles en múltiples plataformas.


*Todos los precios incluidos en este artículo están actualizados al 20 de julio de 2020.