Actualizado el 20 de abril de 2023.

Cuando empezó el teletrabajo, y los matinales se llenaron de notas sobre los efectos negativos a largo plazo de tanta exposición a las pantallas, me aterré. Algunos, incluso, hablaban de la pérdida de visión. Y aunque nadie entregaba ninguna solución —no se puede dejar de trabajar y, por lo tanto, tampoco de estar frente a un monitor—, me quedé pensando en cómo salvar mis ojos de su inevitable desgaste.

Según mi computador, paso unas 9 horas con 9 minutos al día mirando su pantalla, y según Instagram, puedo pasar otras 3 horas solo metido en esa aplicación. Sumándole a esto las otras 2 que gasto todas las noches en Netflix, viendo en la TV alguna serie antes de irme a dormir, puedo sacar algunas cuentas rápidas y un poco tristes: casi el cien por ciento de las horas que estoy despierto las paso mirando una pantalla.

Según un estudio español llamado “Screen Pollution: las pantallas y el confinamiento”, en ese país las personas pasan hasta 14 horas al día frente a ellas, lo que entrega un aumento del 30% desde que llegó el coronavirus.

Aunque dudo de los síntomas que he padecido después de tanto teletrabajo, y tampoco sé cuánta relación tenían con la exposición a la luz azul, en general resultaron ser muy parecidos a los que experimentaban otros amigos: dolor de cabeza, fatiga, cansancio visual y un poco de mareo.

Natalia Reyes (30) es periodista y trabaja desde su casa desde marzo del año pasado. Ella también sentía lo mismo que yo, y a eso le sumó una alteración del ciclo del sueño. Nada raro: según un estudio del programa Medicina del Sueño, de la Clínica Universidad de los Andes, en plena crisis sanitaria, entre el 60 y el 70% de los chilenos estaba sufriendo insomnio.

Por eso empezó a buscar soluciones —pasó por el yoga y la meditación—, hasta que leyó sobre unos anteojos con filtro azul. El algoritmo la escuchó y empezó a mostrarle anuncios sobre estos lentes que bloqueaban la luz de los dispositivos electrónicos. Para el cyberday, siguiendo las recomendaciones de una influencer, se compró su primer par.

Cristian Chávez Pizarro, director de la Escuela de Tecnología Médica de la Universidad Mayor, nos da la razón: no estábamos siendo alaracos. “Los síntomas más frecuentes del teletrabajo por lo general están asociados al tiempo de exposición a los dispositivos. Por ejemplo, si paso muchas horas utilizando un celular, un computador o tablet, disminuye a menos de la mitad la frecuencia de pestañeo, generando una mala distribución de la lágrima y, con esto, el ojo rojo y la sensación de arenilla”, dice.

Este tipo de luz, por su frecuencia, altera el ritmo circadiano y evita que conciliemos el sueño. “También es posible que dada la distancia de trabajo con las pantallas digitales, se produzca cefalea, cansancio visual, visión borrosa y lagrimeo”, agrega el académico, que tiene menciones en Oftafmología y Optometría.

Tras meses usando los anteojos que bloquean la luz azul, Natalia me los recomendó como una gran alternativa: recuperó su ciclo del sueño y se siente menos cansada después del trabajo.

Antes de creerle, le pregunto al profesor Chávez. “Efectivamente, los anteojos con filtro azul impiden el paso de la luz azul que emiten los dispositivos electrónicos, pero no tienen ningún efecto sobre los síntomas visuales, como la fatiga ocular, el enrojecimiento, la irritación, la visión borrosa o la visión doble”, responde.

De todas formas, compré los míos hace dos semanas y efectivamente podría decir que, en mi caso, a pesar de lo que dice el especialista, sin dudas siento menos cansancio o irritación y mi sueño mejoró.

Aunque antes de hacer el click de compra estaba incrédulo, compré unos marca Double Vision. Es terrible no poder probarse unos anteojos en persona ni saber si te quedarán bien, así que busqué unos que se parecieran a otros que ya había utilizado antes. El modelo Poet viene en distintos colores y yo me quedé con los grises. Son livianos, cómodos, llegan en una caja bonita y combinan con todo. Lo mejor: el precio.

Anteojos con filtro azul para pantallas Double Vision The Poet


La marca francesa IZIPIZI también tiene unos, autodefinidos como “anteojos prêt-à-porter, unisex y cómodos”. Aunque para mí está obsoleto decir que algo es unisex, sus diseños me encantan. Son delicados, con marcos de goma y bisagras flexibles. Afortunadamente, la tienda Visionary los tiene en Chile y ya no hay que esperar por eternos envíos desde el viejo continente.

Anteojos para pantalla IZIPIZI #E


Por otro lado, la marca chilena Mona Anteojos es una óptica online que tiene una amplia variedad de lentes con filtro y que responden a la tendencia aesthetic, una moda popular entre algunos millennials y sobre todo en la generación Z, que evolucionó del mundo Tumblr. Y aunque literalmente significa “estético”, es difícil de explicar, pero es fácil de entender si se navega un rato en Instagram: colores pasteles y guiños noventeros. Generalmente, en Mona Anteojos tienen descuentos, así que siguiendo su perfil de Instagram uno puede enterarse de buenas ofertas.

Finalmente, Cristian Chávez recomienda la regla del 20-20-20 para descansar la vista y no sobreexigir a los ojos: “Tras 20 minutos mirando una pantalla, hay que mirar un objeto situado a 20 pies —o 6 metros— durante al menos 20 minutos”. También el especialista dice que hay que tener ojo —eso dijo— y usar sólo aquellos anteojos “que sean prescritos por un tecnólogo médico o un médico oftalmólogo en una consulta establecida”

Honestamente, sé que no haré pausas cada 20 minutos, porque con el ritmo de mi trabajo es casi incompatible. Había adquirido un compromiso personal, eso sí, en el que los fines de semana cambiaría Netflix por salidas al aire libre. Sin embargo, llegó el otoño, comienza a hacer frío y la tentación de quedarse en casa es muy alta. Una vez más, me rindo ante la tecnología y, por mientras, aunque no sé si es placebo, confío en que los bloqueadores de luz azul están haciendo su trabajo.


*Los precios de los productos que aparecen en este artículo están actualizados al 20 de abril de 2023. Los valores y disponibilidad pueden cambiar.