Se va septiembre y deja tras de sí no sólo el inicio de la primavera sino también la entrada en vigencia de la Ley 20.920 de Responsabilidad Extendida del Productor (REP) en lo que refiere a envases y embalajes. Un hecho que, desde distintos sectores, se ha catalogado como “revolucionario”, pues plantea un nuevo escenario para el reciclaje y valorización de este tipo de desechos.

La Ley REP establece que los generadores e importadores de ciertos productos —definidos como “prioritarios”— serán responsables de organizar y financiar la gestión de los residuos que se derivan de su comercialización. El principio base es simple: “el que contamina, paga”.

El objetivo de la ley es disminuir la generación de residuos y fomentar su reutilización y reciclaje, con el fin de proteger la salud de las personas y el medio ambiente. La idea es reducir la inmensa cantidad de basura que seguimos generando.

El objetivo, entre otras cosas, es que estás imágenes comiencen a desaparecer.

A nivel mundial, cada año se producen cerca de 10 mil millones de toneladas de residuos, de los cuales unos 500 millones de toneladas se consideran peligrosos. Los principales “productores” de desechos son países desarrollados, como Alemania, Francia y Estados Unidos. China, en tanto, se ha convertido en el principal exportador neto de materiales peligrosos.

Pese a los llamados de las Naciones Unidas a disminuir la emisión de gases de efecto invernadero y avanzar hacia una neutralidad de carbono, los datos indican lo contrario. El Banco Mundial, por ejemplo, estima que en los próximos 30 años la generación de desechos aumentará un 70%.

¿Qué pasa en Chile? De acuerdo al Séptimo Reporte del Estado del Medio Ambiente, entre 2015 y 2020 se produjeron anualmente entre 18 y 20 millones de toneladas de residuos. En 2020, el 51% correspondió a desechos industriales, mientras que el 43% tuvo origen municipal y domiciliario, y el 3% se calificó como desechos peligrosos.

Solo el 20% de esa basura fue valorizada: o reciclada, reutilizada o compostada, con el fin de darles una nueva vida como productos útiles. El resto terminó en un vertedero o relleno sanitario.

El objetivo es que ese 20% aumente y se vuelva mayoritario. Es lo que se entiende como economía circular, la que a su vez es la base de la Ley REP, que no sólo considera a envases y embalajes. Desde enero, la legislación rige para los productores de neumáticos y, progresivamente, se sumarán los de aceites y lubricantes, aparatos eléctricos y electrónicos, pilas y finalmente, los de batería. Se estudia además la integración de materiales textiles.

Ahora, ¿qué es la economía circular? Se trata de un modelo que establece que los productos, componentes y materiales deben mantener su utilidad y valor en todo momento. “Se trata de evitar, desde el diseño de los productos y materiales, que estos generen residuos y contaminación. Si bien el reciclaje es una parte importante de la economía circular, ésta va mucho más allá”, explica Sonia Reyes, Seremi del Medio Ambiente de la Región Metropolitana.

Implementación gradual

A partir del 2 de octubre, en el país se pondrá en marcha el nuevo sistema de recolección domiciliaria de residuos calificados en la categoría de Envases y Embalajes (EyE). La tarea, hasta ahora a cargo de los municipios, pasará a ser responsabilidad del Gran Sistema de Gestión (Gransic), conformado por colectivos de productores de este tipo de residuos que deberán dar cumplimiento a Ley REP en diversos territorios.

Durante el 2022, el Tribunal de la Libre Competencia dio luz verde a tres Gransic: ReSimple, ProREP y GIRO. Estas empresas, que serán fiscalizadas por la Superintendencia de Medio Ambiente, dispondrán de diversas metodologías de recolección que van desde camiones específicos para cada categoría de EyE a puntos limpios.

Para Tomás Saieg, jefe de la Oficina de Economía Circular del Ministerio de Medio Ambiente (MMA), una de las tantas ventajas de este nuevo sistema es que “tendremos más opciones para reciclar, existirá el ‘camión del reciclaje’ y más y mejor infraestructura de puntos limpios o verdes”.

La implementación de este sistema será de forma gradual. Durante el primer año, se contempla a un 10% de las comunas del país, hasta llegar a un 80% de cobertura en 2035. Las metas de recolección y valorización de cada tipo de residuo también irá en aumento progresivo, pasando del 5% en el primer año, al 70% al doceavo, por ejemplo.

Ambas tablas muestran las metas establecidas por la Ley REP en materia de envases y embalajes, tanto para residuos domiciliarios como no domiciliarios. Imagen tomada del sitio de Prorep.cl

“Los servicios de reciclaje irán creciendo en cobertura de manera gradual, comuna a comuna. En algunas comenzarán con recolección de residuos desde sus casas y en otras podrán tener acceso a un servicio de puntos limpios de reciclaje, dependiendo del convenio y planificación que exista”, explica Isidro Pereda, gerente general de Resimple, la Gransic de mayor envergadura en la categoría Envases y Embalajes.

Para la puesta en marcha, Resimple cuenta con un total de 35 comunas, de Arica a Punta Arenas, disponiendo de 57 instalaciones, entre puntos limpios y puntos verdes. “Esta red se reforzará hasta llegar al año 2027 a más de 300 puntos en todo el país”, asegura Pereda.

El presidente de la Asociación Nacional de la Industria del Reciclaje (ANIR), Nicolás Fernández, estima que la implementación inicial de la ley irá más allá de los primeros 12 meses. “La industria ya entiende la Ley REP, pero el mayor desafío es lograr que la ciudadanía se informe de qué, cómo y dónde debe separar y disponer sus residuos para que estos entren en el ciclo de la economía circular que impulsa la legislación”.

De ahí que Tomás Saieg advierta que la ley no funcionará “si desde nuestras casas no separamos y no entregamos los envases y embalajes tal como nos indique el sistema de gestión”.

El trabajo de los Grasnic con los municipios será clave, dicen los involucrados. A través de estos, se coordinará la interacción con los vecinos de cada comuna, además de la entrega de los contenedores o bolsas para el reciclaje y los días que pasará el camión para la recolección domiciliaria. “Al mismo tiempo, se desarrollarán campañas de educación ciudadana para empujar la identificación de materiales reciclables de manera fácil y eficiente”, afirma Pereda.

¿Cómo recolectar y organizar los residuos en casa?

Como se mencionó, los hogares y comunidades podrán acceder a kits de reciclaje y contenedores, otorgados por los Gransic, a través de los municipios. La recolección se debe centrar en lo que la ley establece como la categoría de Envases y Embalajes (EyE), que se compone de los siguientes productos prioritarios:

  • Papeles y cartones: se incluyen periódicos, revistas, cuadernos, papeles blancos, cajas de cartón corrugado, cajas de cartulina y envases de pulpa moldeada. “Aquí no hay mayores diferencias con lo que actualmente muchas personas hacen, que es separar las cajas de cartón, cartulina, papeles de periódicos, fotocopias de la basura y aplastarlos”, explica Pereda.
  • Envases livianos: este grupo considera botellas plásticas PET (de bebida, agua, jugos y aceites), botellas plásticas PE (de champú, detergentes y otros similares), envases o envoltorios plásticos (pastas, arroz, servilletas, papel higiénico, pan, etc), latas de aluminio (bebidas y cervezas), latas de hojalata (de alimentos en conserva) y envases de cartón para bebida, comúnmente conocidos como “tetrapak”. “Los envases livianos deben ser dispuestos por los vecinos en contenedores y sacos de color amarillo que se les hará llegar y que luego retiraremos desde sus hogares, todos juntos una vez por semana”, apunta Pereda. Actualmente, se desarrolla un plan piloto de concientización para ayudar a la ciudadanía a identificar los envases livianos. Son más de 4 mil los productos que incorporan un sello verde con la leyenda “Elijo Reciclar”.
  • Vidrio: Como botellas de vino, bebidas y cervezas; frascos de conservas y de perfumes. En este caso, dice Pereda, “los vecinos los deben llevar a contenedores tipo campana dispuestos en diferentes lugares de su comuna, muy similar a lo que sucede hoy en día”.

Los Gransic determinarán los días y horarios en que se realizará la recolección por los domicilios. En algunos casos, habrá un camión recolectando específicamente papeles y cartones y, otro vehículo, para envases livianos. Alternativamente podría ser un camión que pase recolectando los residuos de ambas categorías. Según el convenio de las empresas con cada municipio, la recolección será de manera semanal o quincenal.

Las Gransic serán también los encargados de comunicar dónde se instalarán los lugares de acopio, como los puntos verdes. Muchos de los que fueron dispuestos por los municipios y han mostrado buenos resultados se mantendrán para el uso de la ciudadanía y del sistema.

“Los residuos recolectados se dirigirán a instalaciones de clasificación y procesamiento para su posterior reciclaje o disposición final controlada. En algunas ocasiones, las plantas de clasificación tendrán la capacidad de procesar residuos mezclados, y así los solicitará a la ciudadanía. Sin embargo, en otros casos se requerirá de un nivel mayor de separación en origen para lograr mayor eficiencia acorde a la infraestructura local”, explica Nicolás Fernández.

Pereda enfatiza en que, al momento de separar los residuos en el hogar, “es clave que estos estén limpios, secos y aplastados”.

Algunos puntos limpios dispuestos por los municipios en sus programas de reciclaje, se mantendrán para el cumplimiento de la Ley REP.

¿Qué sucederá con las comunas que no están contempladas en la implementación gradual de la Ley REP?

En estos casos, la recolección de residuos para el reciclaje se mantendrá bajo los programas dispuestos por cada municipio.

Para conocer las 35 comunas involucradas en la gestión de Resimple, pincha acá. Giro, en tanto, gestionará los residuos de Independencia, Peñalolén y Recoleta.