En enero de 2017, tres sujetos golpearon hasta la muerte a “Cholito”, un perro abandonado que solía deambular por la comuna de Recoleta y que era conocido por los vecinos del sector. Fue un asesinato brutal y causó tal indignación que impulsó la aprobación de la Ley de Tenencia Responsable de Mascotas, norma que obliga a registrar a los animales domésticos, apoya a municipios y gobernaciones en realizar programas de esterilización y otorga penas mayores a quienes sean sorprendidos abusando de un animal.

Desde entonces, y según esta Ley 21.020, toda persona debe inscribir a sus perros y gatos en el Registro Nacional de Mascotas. Hasta febrero de este año figuraban 1.529.576 de mascotas inscritas a nivel nacional, de las cuales 1.218.182 son perros y 311.394 gatos.

Por obvias razones, el registro es un trámite que debe ser ejecutado por cada guardián. Carolina Guerrero, coordinadora nacional del programa Mascota Protegida de la Subsecretaría de Desarrollo Regional (SUBDERE), explica que el registro “nos permite conectar los datos de una mascota con los de su dueño, evitando posibles situaciones de abandono”.

“Sin ningún tipo de registro es muy difícil encontrar a su familia si es que una mascota se pierde o es abandonada”, agregan desde Fundación Animalia (@fundacionanimalia) , quienes desde el 2010 se encuentran ayudando a perros y gatos en situación de abandono.

La importancia del microchip

Actualmente se puede inscribir a mascotas con y sin un microchip inserto, pero lo óptimo es que cada perro y gato cuente con este dispositivo. El microchip de identificación es una cápsula pequeña, del tamaño de un grano de arroz, que es depositada debajo de la piel por un médico veterinario y dura más de 20 años.

Este dispositivo, que se puede escanear, tiene un código único de 15 dígitos y permite asociar a dicho número todos los datos del animal y de su responsable. La inserción no implica ningún riesgo en la salud del animal y produce una mínima incomodidad en su aplicación.

¿Cómo obtenerlo? Es tan sencillo como acercarte a tu municipalidad, ya que es un servicio que se entrega de manera gratuita para la comunidad gracias al programa PTRAC. El procedimiento también se hace en clínicas, consultas y hospitales veterinarios, públicos o privados, aunque en estos últimos el servicio es pagado.

Si el microchip no te genera confianza, puedes inscribir a tu mascota con el llamado “dispositivo externo”, que es un código de alfanumérico de 6 caracteres, el cual debe permanecer “de modo permanente e indeleble” en tu animal, ya sea mediante un tatuaje o una chapita o placa colgada de su collar. Esto se realiza en Registra tu Mascota.

¿Cómo puedo inscribir a una mascota?

En primer lugar, la persona a cargo de la mascota (”tenedor responsable”, como se le llama para estos efectos), debe contar con dos documentos. El primero es un Comprobante de Existencia del Animal, en el que se da cuenta de sus características físicas (color, sexo, estado reproductivo, etc) y el número de microchip del mismo”, dice Guerrero. Este solo puede ser emitido por un veterinario.

El otro documento que necesita es “una declaración simple de tenedor del animal”, añade, la que se descarga en el portal de Registra tu Mascota. En este mismo sitio especifican que hay dos formas de hacer el registro: presencial y virtual.

En el primer caso, hay que dirigirse con los dos documentos mencionados a la municipalidad de residencia. Si se quiere hacer online, hay que tener Clave Única para ingresar al sitio. “Como programa recomendamos realizar el trámite por internet”, sugiere la coordinadora nacional del programa Mascota Protegida. “Es una plataforma muy amigable”, dice, y según ella, quienes cuentan con toda la documentación no debiesen demorarse más de 10 minutos en realizar el procedimiento”.

¿Cuál es la diferencia entre el registro nacional y el municipal?

“El nacional es una especie de Registro Civil de mascotas”, dicen desde Fundación Animalia. Por eso “es tan importante la inscripción en el registro nacional, dado que un animal perdido puede viajar kilómetros tratando de volver a su hogar”.

“Sabemos que existen municipios que tienen sus propios registros internos para llevar un control de la cantidad de perros y gatos que viven en su territorio”, afirma Guerrero. Sin embargo, “es importante destacar que el único registro que cumple con la normativa establecida por la Ley 21.020 es el administrado por la Subsecretaría de Desarrollo Regional y Administrativo (Subdere)”, que es como se denomina al registro nacional de mascotas.

“Todos los perros y gatos de más de dos meses de edad deben ser inscritos en él”, detalla, y adelanta que “en un futuro, según lo establecido en la legislación, debe ampliarse a otras especies de animales de compañía”.

No es llegar y adoptar: hay que ejercer una tenencia responsable

Según la Ley de Tenencia Responsable, una persona cuando decide aceptar y mantener una mascota debe “proporcionarle alimento, albergue y buen trato, brindarle los cuidados veterinarios y no someterlo a sufrimientos, además de respetar las normas de salud y seguridad pública”.

Lo que desconocen varios es que, según la misma Ley Cholito, el abandono es considerado como maltrato animal. Justamente en este periodo de pandemia se registró un alza de mascotas abandonadas. Tristemente, varios dueños de mascotas han fallecido debido al covid-19, por lo que sus compañeros quedaron deambulando en la calle.

“Nuestras mascotas requieren de tiempo y dedicación, por eso siempre hacemos un llamado a realizar adopciones conscientes, tomando en cuenta nuestro tiempo, espacio y economía”, afirma Guerrero. Antes de llegar y adoptar, hay que tener en cuenta que cada tutor no solo debe suplir “sus necesidades básicas, sino que también se debe ser responsables de su esterilización, visitas periódicas al veterinario y tiempo de esparcimiento”.

“La esterilización y/o castración de los animales de compañía es fundamental para así evitar el abandono y el nacimiento de animales en la calle”, explican desde Fundación Animalia. Para esto la ley es importante, pero lo principal sigue siendo la educación de la gente, y entender que “un animal de compañía es un ser vivo y no un juguete desechable”.

Además, y como cualquier ley, quienes la infrinjan arriesgan diversas sanciones. En este caso, por no inscribir a una mascotas se pueden recibir multas que van desde 1 UTM ($52 mil pesos, aprox.) hasta 30 UTM ($2 millones 600 mil).

En febrero de este año, el Registro Nacional de Mascotas consignó que la región con más mascotas inscritas fue la Metropolitana, seguida por Valparaíso, Biobío, Maule, O’Higgins y La Araucanía, en ese orden, y que en todas predominan los perros por sobre los felinos. También detallaron que, a raíz de la pandemia, “varios echaron a volar la creatividad inscribiendo a sus mascotas como Covid, Coby, Mascarilla y hasta Pandemio”.