Ya se ha transformado en un debate de nunca acabar. El martes, el Senado incorporó en su cuenta un nuevo proyecto que busca regular el cobro de estacionamientos, mecanismo que fue normado recién hace apenas diez meses, cuando se exigió cobrar por minuto efectivo. Ahora -a la luz de una normativa que desconoció la iniciativa privada, impulsando los precios al alza-, los parlamentarios decidieron dar un paso más: consagrar que la primera media hora de uso de estacionamientos sea con gratuidad a todo evento. La semana anterior, de manera sigilosa, la iniciativa había superado su primera valla en la Cámara de Diputados. El empresariado evidentemente está preocupado. Es que no sólo no existe ninguna evaluación técnica de la actual iniciativa que entró en vigencia hace menos de un año, sino que el proyecto parlamentario vuelve a vulnerar la libertad para ejercer la actividad privada. En primer término, los operadores de los estacionamientos de malls son, generalmente, empresas ajenas a los centros comerciales que obtuvieron una concesión para cumplir con ese servicio. Dado ello, es legítimo que cobren el valor que estimen conveniente; incurrir en cualquier tipo o nivel de imposición tarifaria es atentar contra la libertad de quienes están ejerciendo ese negocio. En última instancia, si los valores son altos o no, el usuario está en todo su derecho de dejar de asistir.

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