10 ideas para afinar la estrategia

3 de Junio del 2020/ SANTIAGO Toma de muestra a un fotógrafo, durante la jornada un laboratorio móvil llega a tomar por orden del alcalde, exámenes rápidos a trabajadores de la prensa, mientras que estos cubrían esta mañana el fallecimiento de 2 adultos mayores de un hogar en la comuna a causa de COVID-19. Fotos: JOSÉ FRANCISCO ZUÑIGA/ AGENCIAUNO

Hemos cumplido tres meses con la amenaza del Covid-19. Más de 100 mil contagiados y 1.000 fallecidos en Chile dan cuenta de la gravedad e impacto del virus. En gran parte del mundo el confinamiento y la ampliación de la capacidad de atención de pacientes críticos se imponen como ejes de la estrategia de salud pública.

Una alternativa al confinamiento es lo que se conoce globalmente como STTQ (por las siglas en inglés para “testear, seguir y aislar”), que concentra los esfuerzos de aislamiento en los contagiados, grupos vulnerables y de riesgo, y cercanos a ellos. Sus costos, si bien aumentan con el número de infectados, son mucho menores que los de una cuarentena total, y permiten retornar a la normalidad a quienes ya se han recuperado (90 mil personas en Chile).

La otra opción es la estrategia de “cuarentena a gran escala” (LSSD, según siglas en inglés), que tiene como efectos colaterales la reducción de puestos de trabajo y capital humano, la postergación de atenciones de salud ajenas al Covid, la recesión económica, el estrés del encierro, el aumento de la violencia intrafamiliar y la pérdida de escolaridad, entre otros. Por ello, sólo se justifica si hay muchas personas circulando contagiadas. Por ejemplo, para una economía como la de EE.UU., el costo de una LSSD puede llegar a US$ 16.000 millones diarios. Extrapolando para Chile por PIB, el costo podría ser de US$ 280 millones al día.

Lo probable es que la estrategia óptima para enfrentar la pandemia vaya cambiando. Los modelos desplegados indican que, al principio, y cuando los contagiados son pocos, resulta más efectiva la estrategia STTQ. Cuando el número de infectados aumenta significativamente, parece conveniente la LSSD limitada a zonas densamente pobladas.

Mientras se busca una vacuna o antiviral, las autoridades en todo el mundo intentan afinar sus estrategias para resguardar la salud, afectando lo menos posible otros aspectos de la vida. Para ello, varios objetivos resultan cruciales: ganar tiempo, bajar los peaks de infectados, ampliar la capacidad hospitalaria para no saturar las camas críticas, proteger a los mayores, disminuir el número de infectados totales, y ofrecer máxima transparencia con los datos para que la gente pueda planificar sus cuidados bien informada.

Algunas ideas pueden contribuir a lograr esos objetivos:

1 Crear y comunicar una métrica clara y transparente de objetivos para evaluar si las acciones que se están tomando, que restringen nuestras libertades y tienen un gran costo, están siendo efectivas. Sugiero como objetivos que los casos que requieren tratamiento intensivo no sobrepasen la capacidad UTI disponible del país; y que el número de fallecidos diarios por cada millón de habitantes esté por debajo del promedio mundial.

2 Crear una página web con todos los datos que permitan a las personas hacer una buena estimación del riesgo que corren al salir en su barrio en un día en particular.

3 Migrar de un esquema de distanciamiento social masivo (LSSD) a un sistema de cuarentenas selectivas con trazabilidad (STTQ), con turnos y diferenciando por grupos de riesgo y edad apenas el número de contagiados lo permita.

4 Aumentar los test PCR llevándolos al 100% de la capacidad (hoy 20.000 según el ministro de Salud), la que además se debiera subir significativamente. Para encontrar más candidatos al test se podrían sortear entre quienes solicitan permisos y salvoconductos a la Comisaría Virtual.

5 En lugar de prohibir de antemano todo desplazamiento, permitir a las personas, en particular a las de mayor edad o con preexistencias, si están libres de Covid y con test negativo en la mano, trasladarse a viviendas propias, arrendadas o de familiares en provincia, descongestionando la RM, la zona más afectada.

6 Pasar a una segunda fase en la entrega de ayuda a la población, a través de subsidios monetarios mediante abonos a tarjetas de regalo, cuentas Rut o “food stamps”, canjeables en comercios pequeños y grandes.

7 Realizar las transferencias de apoyo a las familias más vulnerables mediante sistemas de incentivos que promuevan el quedarse en casa y castiguen la violación de las cuarentenas selectivas.

8 Para disminuir la tasa de movilidad requerida, restringir determinadas actividades a personas jubiladas que no necesitan trabajar para obtener ingresos.

9 Crear un sistema para ir reintegrando al ya significativo número de recuperados.

10 Finalmente, abrir una plataforma en que cualquier chileno pueda enviar sus propias ideas para mejorar la estrategia contra la pandemia, porque ante la adversidad, todas las propuestas debieran ser bienvenidas.P

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