Ángel Cabrera, economista de Forecast Consultores: “Un alza en la tasa de interés no impacta en forma directa en el consumo, sino que en la inversión”

14-12-2018 ANGEL CABRERA, DE FORECAST CONSULTORES PARA PULSO LA TERCERA. FOTO: LAURA CAMPOS ANGEL CABRERA VENEGAS -SOCIO - DIRECTOR EJECUTIVO - RETRATOS - PLANO MEDIO - ENTREVISTA

Sostiene que si bien el Banco Central actuó correctamente al subir la tasa de política monetaria terminará afectando el crecimiento de mediano y largo plazo. En lo fiscal afirma que “más que un ajuste violento hay que pensar en un proceso gradual, pero creíble con compromiso real de ir avanzando, aunque sea lentamente en varios años”.


Un ángulo distinto sobre el movimiento que hizo el Banco Central de su política monetaria tiene el economista y socio de Forecasts Consultores, Ángel Cabrera. Si bien suscribe lo realizado por el ente rector, sostiene que tendrá impacto en la inversión, principalmente de las pequeñas y medianas empresas. “Tenía que subir la tasa. Es su responsabilidad, está en su mandato y usó el instrumento que tenía, pero desgraciadamente, como cualquier tratamiento que se inicia, genera efectos secundarios e indeseados y ese es un impacto negativo en inversión, empleo y crecimiento de mediano y largo plazo”, argumenta.

¿Cuál es el análisis hace del diagnóstico que entregó el Banco Central (BC) y que lo llevó a subir la tasa de interés en 75 puntos base dejándola en 1,5% y la trayectoria alcista que fijó?

Efectivamente estamos viendo un aumento bastante significativo de las presiones inflacionarias. Hay señales alcistas bastante claras que están asociadas, principalmente, a una fuerte presión de gasto por los retiros de los fondos y a las ayudas estatales que este año estarán en torno a los US$30 mil millones. Eso ha provocado quiebres de inventarios especialmente en productos durables. Además, partimos con niveles de inventarios bajos, los que de pronto se encontraron con una recuperación de la demanda completamente inesperada y violenta debido a los retiros de los fondos y a las transferencias estatales. Tenemos factores de oferta combinado con un crecimiento explosivo de la demanda, lo que genera presiones inflacionarias. Y la respuesta del Banco Central es salir a frenar esas presiones subiendo las tasas de interés, lo que es acorde al mandato que tiene el BC.

¿Y el problema es?

El problema es que el instrumento con que cuenta el BC para cumplir esa tarea es poco preciso. Un alza en la tasa de interés no impacta en forma directa y significativa al consumo, sino que le pega con mucha más fuerza a la inversión, que por lo demás está bastante débil. Desgraciadamente en el cumplimiento de su rol, el BC se ha visto obligado a utilizarlo. Pero eso no es culpa del BC, sino que más bien responsabilidad de la demagogia, del populismo reinante y de la debilidad del gobierno que ha tenido que ceder a las presiones generando esas transferencias fiscales.

¿El BC tuvo que hacerlo, porque no le quedaba otra alternativa, pero el alza en la tasa de interés afecta a la inversión?

Si, tenía que hacerlo. Es su responsabilidad, está en su mandato y usó el instrumento que tenía, pero desgraciadamente, como cualquier tratamiento que se inicia, genera efectos secundarios e indeseados y ese es un impacto negativo en inversión, empleo y crecimiento de mediano y largo plazo.

¿Pudo entonces, para evitar ese impacto en la inversión, haber realizado un alza más gradual?

La presión de demanda ya está instalada, y, por lo tanto, las presiones inflacionarias están aumentando con fuerza. El BC tenía que moverse relativamente rápido y con fuerza.

¿Suscribe la trayectoria que fijó de llegar al nivel neutral de la TPM en el primer semestre del próximo año?

Sí, es una trayectoria razonable dada las condiciones, pero con una muy alta probabilidad de que no se podrá detener en el 3,5%, (nivel neutral), sino que tendrá que seguir subiendo probablemente hasta niveles en torno al 5% a fines de 2022 o comienzos del 2023. Eso le pagará más a la inversión, al sector inmobiliario, a las pymes. La magnitud que siga en 2022 dependerá mucho lo que haga el próximo gobierno. Ahí veremos si ese gobierno implementa un proceso de consolidación fiscal responsable y creíble. En ese caso, el ajuste monetario tendría que ser menor, o si por el contrario el nuevo gobierno sigue con políticas fiscales ultra expansivas obligaría al BC a continuar con un ajuste alcista más violento de la tasa de interés.

¿Y cuál es el escenario base que maneja considerando los candidatos que lideran las encuestas?

Tenemos un escenario bien dicotómico. Si gana el candidato Sebastián Sichel tengo la impresión que intentaría seguir una senda de ajuste fiscal razonable. En cambio, en caso de un gobierno de Boric, nos encontraríamos con una política fiscal que no sólo mantendría grandes transferencias, sino que las intensificaría, por lo tanto, podría conducirnos a una situación fiscal extremadamente complicada.

¿Este retiro del estímulo monetaria les impactará a las tasas hipotecarias que ya vienen subiendo aceleradamente?

La tasa hipotecaria viene subiendo con bastante fuerza desde febrero. Ya lo hicieron en 70 puntos base y mi estimación es que en los próximos 6 a 12 meses se incrementen en otros 100 puntos bases. Entonces estaremos con tasas hipotecarias entre 4% y 4,5%. Pero esta alza en las tasas hipotecarias viene más por la política fiscal y las políticas populistas impulsadas por el Congreso que por la monetaria, ya que la tasa de interés es un eslabón más dentro de la cadena.

En lo netamente fiscal, la semana pasada se conocieron dos variables clave para la elaboración del Presupuesto 2022: el PIB tendencial se ubicó en 2,6%, mientras que el precio del cobre de largo plazo en US$3,31 la libra, ¿con ambas cifras es viable que el gasto público se contraiga como sobre 20% como lo prevé el Banco Central y Hacienda?

Para un ajuste rápido podríamos estar hablando de esa magnitud, pero eso es total y absolutamente inviable desde el punto de vista política. Más que un ajuste violento hay que pensar en un proceso gradual, pero creíble con compromiso real de ir avanzando, aunque sea lentamente en varios años. Si el gobierno logra implementar una reducción del orden de 10% en el gasto ya sería un avance relevante si eso va acompañado de una mayor eficiencia en la ejecución del presupuesto.

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