Apoyo de grandes empresarios y family office a primera infancia aumentó durante la pandemia

Infancia

Horacio Pavez, Jorge Pacheco y la familia Claro Figueroa y Kaufmann, entre otras, son parte de quienes están apostando por una serie de programas y proyectos de Fundación Niños Primero en el área de la educación. Aquí, su visión de por qué poner las fichas en el segmento de los niños de entre 2 y 4 años. En el último año aumentaron en más de tres veces los beneficiados.


Jorge Pacheco es oriundo de Isla Tenglo y, a pesar de que gran parte de su tiempo lo dedica a su empresa Oxxean, además de ser emprendedor de Endeavor, nunca ha dejado de apoyar a su terruño, especialmente al colegio de esta localidad, que ha ayudado a financiar. Pacheco es parte de un grupo de grandes empresarios, family office y compañías que están apostando por apoyar la educación de la primera infancia (niños 2 a 4 años) en sectores vulnerables, algo que durante este año de pandemia ha aumentado considerablemente a manos de las iniciativas de la Fundación Niños Primero.

Según Anne Traub, directora ejecutiva de esta entidad, partieron el año trabajando con 448 familias y están terminando con 1.351, en 23 comunas y 6 regiones. “Al 31 de diciembre habremos realizado 50.000 sesiones virtuales de educación temprana”, asegura.

Para hacerse una idea, Chile está entre los ocho países con mayor pobreza infantil en el tramo de los 0 a 5 años, entre los 37 miembros de la OCDE. En las zonas rurales esta situación se agudiza. En el país, hay cerca de 4,2 millones de menores, de entre 0 y 17 años, y de ellos, un 12,6% habita en zonas rurales, según el Censo 2017. El 24,2% de ellos vive en una situación de pobreza por ingresos, según la Encuesta Casen 2017.

Así, entre los donantes de la Fundación - que apoyan las operaciones en distintas comunas- están desde la familia Claro Figueroa; hasta empresarios con fuertes lazos con sus regiones de origen como Horacio Pavez y Jorge Pacheco. Pero esta organización sin fines de lucro también cuenta con el apoyo de otras fundaciones como Olivo, ligada a Patricia Matte y de la fundación Huneeus.

“Ha sido muy interesante el fenómeno que se ha dado este último año. Muchos empresarios se dieron cuenta de la importancia de la educación en este segmento de niños. Esa especie de ‘condena de cuna que existe en Chile, el estallido social la visualizó y la enrostró más aún. A los 4 años de edad, la carrera está súper jugada”, señala Traub.

“Hace unos 15 años que estoy convencido, y cada vez más, de que los empresarios tenemos que participar en la educación. Creo que el Estado, definitivamente, por las razones que sea, no va a ser capaz de llevar a nuestra sociedad a una educación de calidad”, dice Pacheco.

Por su parte, Melanie Kaufmann, gerente general de Qüpalco (el family office de los Kaufmann), estima que es primordial enfocarse en la educación como base de desarrollo de la sociedad. “Cuando hay ambientes familiares enriquecidos donde se fortalecen los habilidades cognitivas y emocionales de los niños, se empiezan a producir los verdaderos cambios para su futuro de cada uno de ellos”, dice.

Mientras que Matías Claro, gerente general de Grupo Prisma, family office que ha apoyado desde el principio a la fundación, está convencido de que “el círculo de la pobreza se rompe educando y en edad temprana. Luego entramos a reparar, lo que es más caro y doloroso”.

“Hasta el momento, los recursos que se han destinado a educación en nuestro país no han contemplado mayoritariamente esa etapa. Y, estamos convencidos de que es la etapa más relevante”, dice Horacio Pavez, empresario y socio de SK y Security, y agrega: “Tiene que haber una relación del niño con su protector, cuidador, o con quien está a su lado, relación que la Fundación ayuda a fortalecer”.

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