Clínica Las Condes pone en riesgo su clasificación debido al deterioro de sus negocios

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La clasificadora de riesgo Feller Rate mantuvo la nota de la empresa, pero cambió desde estables a negativas sus perspectivas. El cambio, argumentó, "se debe al deterioro de sus principales métricas financieras y de generación de flujos, producto de una disminución en su actividad, con una baja en sus niveles de ocupación". A junio, Clínica Las Condes tuvo una ocupación de 34% sobre la infraestructura total de camas disponibles, versus el 63,95% que tenía en igual periodo de 2022.


Feller Rate ratificó en A las clasificaciones de la solvencia y las líneas de bonos de Clínicas Las Condes (CLC) y mantuvo la clasificación de sus acciones en “1ª Clase nivel 3″, pero bajó sus perspectivas desde “estables” a “negativas”. Desde octubre de 2019 que la clasificadora tenía en en la categoría “estables” a CLC, cuyo control accionario cambió en noviembre de 2019 y fue asumido por la empresaria y accionista de Falabella, Cecilia Karlezi.

El cambio en las perspectivas, argumentó la clasificadora, “se debe al deterioro de sus principales métricas financieras y de generación de flujos, producto de una disminución en su actividad, con una baja en sus niveles de ocupación, ocasionando que sus ratios se encuentren desalineados respecto a los rangos estructurales esperados para su categoría actual”.

El informe de Feller Rate expone que los ingresos de CLC durante el primer semestre de 2023 bajaron 25,6% versus igual periodo del año anterior, a $100.329 millones. Esto se explicó por el “menor nivel de ingresos registrado en sus principales segmentos, con disminuciones de 31,9% en hospitalización y de 9,5% en ambulatorio. Ello considera una ocupación del 34,36% sobre la infraestructura total de camas disponibles (63,95% a junio 2022)”, dice el informe.

Clínica Las Condes pone en riesgo su clasificación debido al deterioro de sus negocios

Feller Rate agrega que, en ese mismo periodo, los costos operacionales disminuyeron 22,8%, lo cual estuvo “asociado a los menores niveles de actividad, sumado a un cambio en la composición estructural de pacientes, con una menor incidencia de Fonasa, dadas las presiones financieras que conllevan; mientras, los gastos de administración y ventas se incrementaron en 8,9%”.

Según el detalle que muestra el análisis razonado de CLC sobre la actividad, al cierre del primer semestre las consultas médicas bajaron 31,7% versus igual periodo de 2022, con una caída en las especialidades de medicina interna, pediatría y traumatología. En paralelo, las atenciones de urgencias disminuyeron 29,45%, principalmente por caídas en atenciones de baja y mediana complejidad. Sobre la actividad hospitalaria, la compañía detalló que los días cama ocupados alcanzaron 21.457 al cierre del primer semestre, lo que se compara con los 38.862 que había a junio del año anterior.

Allí también “se observa un cambio en el mix de criticidad, aumentando en el segundo trimestre la actividad en los servicios intensivos y disminuyendo levemente en los servicios intermedios; en cuanto a la actividad quirúrgica el porcentaje de ocupación de pabellones en la clínica fue de 21,09% al 30 de junio de 2023, mientras que el mismo periodo del año anterior fue de 44,06%. Esta variación se explica debido a la baja de actividades ordinarias hospitalarias, generando un total de 6.871 intervenciones en el periodo a junio 2023, mientras que el mismo periodo del año anterior fue de 12.591″, dice el análisis razonado.

A raíz de todo lo anterior, Feller Rate destaca que la generación de Ebitda ajustada de CLC registró “una importante disminución del 64,6%, situándose en los $9.803 millones, mientras que su margen Ebitda disminuyó hasta el 9,5% (15,8% promedio de los últimos 5 años)”.

Por otro lado, la clasificadora señala que “la generación de flujo de caja neto operacional ajustado se ha visto presionada, alcanzando los $13.611 millones a junio de 2023 ($26.851 millones a junio de 2022), producto principalmente de los menores niveles de cobros procedentes de ventas (-6,4%) y los mayores pagos a proveedores (18,2%)”.

En esa línea, el documento destaca que “si bien las cuentas por cobrar en términos netos han disminuido desde $139.432 millones en 2021 hasta $114.589 millones a junio de 2023 (Fonasa representaba 42,7%; Isapres, 10,5%; y otros, 46,8%), se ha evidenciado una mayor cartera con mora mayor a 180 días, la cual pasó desde un 13% en 2021 hasta un 75,6% al primer semestre de 2023 (de los cuales Fonasa representaba 54%; Isapres, 4,1%; y otros, 41,9%). De igual forma, su incidencia sobre los ingresos anualizados se incrementó hasta un 43,6% (7,8% a diciembre de 2021). A su vez, la compañía mantiene bajos niveles de cobertura para la mora mayor a 180 días, la cual se situó en los últimos periodos en 0,2 veces”.

Incertidumbre en isapres

Además del deterioro en los números de CLC, Feller Rate argumentó que la baja en las perspectivas de la compañía ocurren porque a eso hay que sumar “el escenario de mayor incertidumbre sobre la industria de isapres en Chile, considerando los últimos dos fallos de la Corte Suprema, cuya materialización implicaría mayores presiones sobre la capacidad financiera de éstas. Ello expone, de forma indirecta, a los prestadores médicos privados, entre ellos a CLC, donde los ingresos por este concepto, a junio de 2023, representaron el 59,8% del segmento de hospitalización y el 53,8% del ambulatorio”.

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La clasificadora considera que “dichos ingresos podrían verse afectados ante un aumento en el riesgo sistémico ligado a la calidad crediticia de las contrapartes isapres y cambios en el marco legal que pudieran repercutir sobre la industria de la salud en Chile. Ello podría impactar en la capacidad de pago, en tiempo y forma, de las cuentas por cobrar, con efectos estructurales sobre el capital de trabajo, implicando mayores necesidades de financiamiento, con un impacto en las métricas crediticias”.

Es por esto que Feller Rate finaliza diciendo que “en el corto plazo, será clave la estrategia que defina CLC con el fin de mitigar dichos riesgos y mantener las expectativas de los parámetros crediticios alineados con las perspectivas de esta clasificadora”.

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