Delivery y venta de acciones, el plan para sortear la crisis del California Cantina

El bar ubicado en Providencia, fundado por el estadounidense James Lyles, hace malabares para sortear la crisis. Desde giftcards, rifas y hasta venta de acciones a sus clientes han surgido como ideas. Pero pese a ello, este emprendedor, quien llegó desde California hace casi dos décadas con el “sueño sudamericano” en mente, cree que la ayuda prometida no está llegando.


AL REVÉS del sueño americano, fue el “sueño sudamericano” el que atrajo a James Lyles a Chile. En Providencia, hace 12 años, fundó el California Cantina, bar enfocado en la gastronomía americana y las transmisiones deportivas principalmente de deportes masivos en EE.UU como el básquetbol o l fútbol americano.

“En 2001 llegue a Chile por un programa de intercambio de la Universidad Católica. Vine por una semestre, y termine quedándome dos. Me enamoré de este país y de su gente. Estaba estudiando ingeniería comercial y vi muchas oportunidades en el rubro de la gastronomía, sports bars, y la entretención nocturna. Fue en ese momento en que nació mi sueño de abrir California Cantina. Estaba determinado a volver y hacerlo realidad”, cuenta.

Lyles agrega que en los cinco años que pasaron entre su primer viaje a Chile y la instalación de California Cantina vendió todo para cumplir ese sueño. “En un principio fuimos solo tres empleados, incluyéndome, y ahora, luego de 12 años, hemos crecido al punto de tener cerca de 70 empleados. A lo largo de estos años, he trabajado con muchas personas increíbles. La experiencia ha sido lo mejor de mi vida”, rememora.

Pero todo esa historia se encontró con un obstáculo muy difícil de sortear. La pandemia ha obligado a los bares a cerrar sus puertas, reduciendo su recaudación a cero, profundizando los problemas generados desde octubre del año pasado cuando, en medio del estallido social, bares y restaurantes ajustaron sus horarios y vieron caer bruscamente la afluencia de público.

“Tengo 41 años, y sin duda es la crisis mas transversal que he vivido. Estamos frenados completamente en la economía y no sabemos si vamos a tener la ayuda necesaria para salir a flote. Y por otro lado, estamos perdiendo el estilo de vida que conocíamos antes, con los toque de quedas, cuarentenas, restricción de las reuniones entre personas. Estamos casi perdiendo la identidad del ser humano. Soy inmigrante y ahora ni puedo llevar mi hijo a ver sus abuelos a California. Para mi es difícil a comprender”, comenta en un muy trabajado español.

Repensar el negocio

¿Cómo están enfrentando la crisis? James Lyles dice que aunque la caja se achica cada vez más, optaron por renovar los contratos de los trabajadores a plazo fijo, para evitar que quedaran desprotegidos. También recurrió a la Ley de Protección del Empleo, pero asegura que, con practicamente cero caja, ya pagar las cotizaciones de estos trabajadores significa un esfuerzo enorme.

“El rubro de la entretención es el más afectado. En este momento no estamos generando ingresos, por lo que no tenemos trabajo que ofrecer y nos hemos visto obligados a mantener nuestras puertas cerradas por esta razón, y por querer también resguardar la salud de nuestros trabajadores. En razón de lo anterior, no estamos en posición de poder pagar sueldos. Son cerca de 70 trabajadores a los que hay que seguir pagándoles sus cotizaciones, y en este momento, incluso eso, es un gran esfuerzo para una pyme como la nuestra”, complementa.

Pero toda esta crisis también ha aumentado la cercanía e identidad que tienen todos con el proyecto. Por ello, han comenzado un servicio de delivery de productos, con promoción a través de plataformas de despacho y redes sociales, destinado a generar ingresos para los trabajadores. También han ideado rifas y venta de giftcards con el mismo fin.

Además, Lyles piensa en un futuro con distancia social entre los clientes, con medidas de seguridad, generando un ambiente seguro para las personas.

Otra idea en que trabaja es en vender acciones del bar a los propios clientes, lo que permitirá generar cierta caja y ganar algo de tranquilidad. El plan es ofrecer 1.000 acciones a US$100 cada una, “para que cuando volvamos a abrir las puertas y sigamos creciendo como antes, abriendo más locales y perfeccionando nuestro servicio y productos, ellos sean parte de esa oportunidad de crecimiento”, agrega.

Finalmente, pide que las ayudas, tanto de bancos como del Estado, sean más expeditas, pues se ha encontrado con varios problemas para refinanciar sus deudas, que es una de las propuestas que se le ha dado a este sector para sortear la crisis.

“Debe existir una protección a los emprendedores, somos quienes más estamos arriesgando, y entregamos trabajo y sustento a tantas familias. Es muy desafortunada la posición en la estamos. Los bancos, que podrían dar la ayuda que necesitamos, también han estado sacando provecho de esto, repactando deudas y sacando más intereses. Espero que el gobierno pueda fiscalizar y poner ciertos límites a estos tipos de prácticas”, concluye.

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