Economistas pronostican que Ipom de junio ajustará a la baja crecimiento de 2022 y PIB de largo plazo

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Indican que el resultado de la elección de constituyentes y el tercer retiro de los fondos pueden provocar algunas correcciones en las estimaciones que el Banco Central entregará el próximo 9 de junio. Se anticipa también que la autoridad elevará la estimación del precio de cobre de US$3,95 actual.


No muy optimista debería venir el segundo Informe de Política Monetaria (Ipom) que el miércoles 9 de junio deberá presentar el consejo del Banco Central ante el Congreso.

Eso es lo que anticipan economistas consultados por Pulso, centrado principalmente en que la mayoría no espera un ajuste en el crecimiento estimado entre 6 y 7% para este año, pero si una corrección a la baja para el desempeño del próximo año que proyectaba entre 3 y 4%. Y, en segundo lugar porque tras dos años el instituto emisor en esta oportunidad estimará nuevamente el PIB (Producto Interno Bruto) tendencial, que en junio de 2019 situó entre 3,25 y 3,75% para el período 2019 -2028, y la mayoría no espera buenas noticias.

“En principio el Ipom no trata de ser optimista o pesimista, pero respecto del anterior creo que va a ser más cauto por el fuerte incremento en la incertidumbre asociado a los resultados de la elección para la convención constituyente y, es posible, que traten de enviar un mensaje de prudencia a los actores políticos” indica el gerente de estudios de Gemines, Alejandro Fernández, quien cree que se mantendrá la misma perspectiva de crecimiento de marzo.

Misma visión de la economista jefe de Dominus Capital, Michele Labbé: “Mi impresión es que no será muy optimista porque al tener que estimar el crecimiento de largo plazo o de tendencia es evidente que será más bajo que el último pronóstico justamente por la inversión, porque lo que hemos visto de las declaraciones de los nuevos constituyentes son anti inversión”. También el economista senior de Libertad y Desarrollo, Tomás Flores apunta: “creo que el Banco Central será cauteloso y se referirá a la incertidumbre que genera el proceso constituyente sobre las decisiones de inversión y consumo”.

En tanto, la analista de EuroAmerica, Martina Orgaz advierte que el Ipom podría corregir alza el consumo por el tercer retiro de fondos de las AFP, y a la baja la inversión por el escenario político y económico más incierto respecto a comienzos de año. Sumando y restando cree que para 2021 la proyección de PIB seguirá igual por el proceso de vacunación y la expectativa de menores restricciones de movilidad, “pero para 2022 las proyecciones pueden ser algo menos optimistas. Las principales variables pueden recoger de mejor manera la mayor incertidumbre política y económica a nivel local lo que muy probablemente afecte la inversión, mientras que el consumo retornaría a niveles normales luego del importante impulso que tendrá en 2021”.

Leve mejoría este año

Distinta es la visión del economista jefe del BCI, Sergio Lehmann, quien pronostica un ajuste hacia arriba del crecimiento: “prevemos que el IPoM establezca un rango de crecimiento entre 6,75% y 7,75%, entendiendo que las perspectivas son más favorables en materia de actividad para este año, aún cuando para los siguientes se advierte una mayor incertidumbre. Hacia 2022 estimamos un rango de 2,25% a 3,25%”.

Pero no por ello, advierte, el Ipom será optimista: “Si bien reconocerá un mayor dinamismo de la economía este año, marcará con fuerza que se ha elevado la incertidumbre, lo que se ha reflejado en un incremento en los premios por riesgo sobre activos chilenos. En esa línea, debería reconocerse un sesgo a la baja en las proyecciones”.

Lo que si no descenderá, según los analistas, es la proyección del precio del cobre que el BC situó en US$3,95 la libra para 2020 y US$3,75 para 2021, como precio promedio anual en su reporte anterior de marzo. “Para el cobre proyectamos US$4,20 y US$3,80 para el cierre de 2021 y 2022, respectivamente”, acota Lehman.

Si bien los otros consultados por Pulso no entregan una proyección para el metal rojo, si admiten que el BC subirá su estimación: “el precio del cobre es otras de las principales variables que podría sufrir una corrección al alza ante un precio que sigue en niveles cercanos a los máximos históricos” recalca Orgaz.

PIB Tendencial

En lo que hay más distancia entre los expertos es sobre el crecimiento tendencial que el BC no había medido hace dos años ante la incertidumbre que provocó en la situación económica primero el estallido, y luego la pandemia.

“Por nuestro lado, estimamos un crecimiento tendencial de 2,2%, que es sustancialmente menor a la última estimación del BC (3.25-3,75%). Ello reconoce que la inversión ha caído en los últimos años, al tiempo que el mercado laboral se ha tornado menos flexible, lo que lleva a una mayor tasa natural de desempleo. Dada la incertidumbre detrás de este cálculo, entregaría un rango de 1,75% a 2,75% para el crecimiento tendencial” precisa el economista del BCI. Mientras que Flores sostiene: “creo que lo bajará a un rango de entre 2,5 a 3%. Ahora tenemos menos ahorro nacional (retiro AFPs), menos ahorro público y una cantidad importante de personas que no volverán rápidamente al mercado del trabajo”.

Así como Fernández prevé “en cuanto al crecimiento tendencial, me parece que, en el mejor de los casos, lo van a mantener, pero no debería sorprendernos que lo revisen a la baja, considerando el deterioro en la situación fiscal y las perspectivas de baja inversión para los próximos años”. También Orgaz, cree que se puede mantener la anterior estimación tendencial debido a que “los principales factores como el trabajo y el capital no han sufrido un cambio radical en este último año. Destacaría eso si factores de riesgo sobre el PIB tendencial y que afectarían particularmente la inversión como la mayor incertidumbre política por el lado negativo, mientras que por el lado positivo esta la inversión minera que podría reactivarse de mantenerse precios elevados del cobre y otros commodities”.

El titular del BC, Mario Marcel en una entrevista hace unos meses mencionó: “Puede haber factores que apunten a la baja, como varios años de menor inversión y un aumento de los costos de transacción en muchas actividades, pero a la par tenemos cambios tecnológicos, mayor uso de medios digitales, mayor intensidad del teletrabajo. Entonces, se tienen que ponderar cada uno de esos elementos para evaluar cómo impactan sobre la productividad y la capacidad de crecimiento”.

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